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El Telégrafo
Antonio Albiñana

Túnez, el fin de las primaveras árabes

29 de enero de 2018

El  17 de diciembre de 2010, en una localidad del interior de Túnez, Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante al que la policía había maltratado y confiscado su pobre mercancía, se prendió fuego frente a un edificio oficial como protesta.

Su caso desencadenó una oleada de protestas tan fuerte que obligó finalmente al dictador tunecino, Ben Alí, a abandonar el país con su familia y unas maletas con dólares y oro rumbo al exilio en Arabia Saudí.

Se abría un periodo de convulsiones en el mundo árabe, protagonizado fundamentalmente por jóvenes laicos, que conmovió al mundo y fue comparado en su trascendencia a la caída del Muro de Berlín.

Lo sucedido en Túnez fue replicado en los días siguientes en El Cairo, donde, en la céntrica plaza de Tahrir, se concentraron durante varias jornadas miles de jóvenes para pedir “desarrollo y libertad” y logrando al final la caída del dictador Mubarak después de 30 años en el poder.

El contagio de lo que empezó a llamarse la “primavera árabe” se extendió por Yemen, Baréin, Siria y Libia, y sacudió los cimientos de los regímenes de Argelia y Marruecos.

Sin embargo, lo sucedido en los 7 años transcurridos desde entonces ha mostrado que no solo pronto llegó el frío invierno del fin de libertades y derechos, sino que algunos países, particularmente Egipto, han retrocedido considerablemente con el poder absoluto de los militares que, incluso tolerando la expulsión del dictador Mubarak, nunca perdieron el control de la situación, de la mano de Estados Unidos, su más importante aliado en la zona. 

Hoy, el régimen liderado por el mariscal Abdelfatá al Sisi es todavía más brutal que el que contribuyó a defenestrar la rebelión de la plaza de Tahrir. En los últimos 4 años ha habido 60.000 presos políticos, la mayor parte torturados, centenares de condenados a muerte (507 solo en 2014, según Amnistía Internacional), y las Fuerzas Armadas sostienen la corrupción y un notable poder económico. (O) (Tomado de El Tiempo de Bogotá)

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