En 1992, tiempo difícil en lo económico, se inició el camino de puesta en marcha y consolidación de la Sede Ecuador de la Universidad Andina Simón Bolívar, institución pública internacional de posgrado de la Comunidad Andina, que entonces bajo la dirección de Enrique Ayala Mora y Santiago Andrade Ubidia (+), empezó a funcionar con un reducido equipo de colaboradores; podría decirse que tres áreas académicas y programas de posgrado en los campos de las letras, el derecho y la informática representan el despegue seguro de la institución.
Hoy puede decirse que la Andina cambió definitivamente el panorama del posgrado en el Ecuador e incidió en la internacionalización definitiva de los estudios superiores mediante su colaboración con organismos e instituciones universitarias del exterior y la vinculación de docentes y estudiantes de más de 45 países. Al tiempo que se conmemora el 24 de julio el Natalicio del Libertador Simón Bolívar, la Universidad Andina celebra tres décadas de funcionamiento en el país, con un balance positivo de su evolución y entrega constante mediante docencia, investigación, vinculación, intercambio social y cultural.
Como otras universidades libres y críticas del entorno latinoamericano especialmente, entre 2015 y 2016, la Andina con su comunidad y el apoyo de múltiples sectores de la sociedad resistió la persecución del gobierno correista en contubernio con el Parlamento Andino de la época, lo que incluyó la abusiva y antijurídica privación de sus asignaciones. En 2020 y 2021 afrontó también difíciles retos ante la pandemia por COVID19; la Universidad tuvo que innovar y adaptarse, en otras palabras, se reinventó incorporando herramientas tecnológicas que le sirven para seguir cumpliendo con máxima calidad su papel en el sistema universitario nacional y regional, esto se consolidará principalmente con una renovada oferta de programas sintonizados con la realidad del entorno y del mundo actual, en modalidades presencial, semi presencial y virtual.
Por sus aulas han pasado miles de profesionales, maestros y personas en busca de ampliar sus conocimientos para un mejor desempeño laboral y servicio a la comunidad. Sus estudiantes son de todas las provincias del Ecuador, los que disponen de varias opciones de ayudas financieras que van desde becas completas o parciales hasta atractivos descuentos especiales. El trabajo de la Andina se concreta por varias vías con profesionales de diversas disciplinas, maestros, pueblos, organizaciones indígenas y populares, PYMES, emprendedores, entre otros.
Cuenta con un campus moderno, integrado y con todas las prestaciones, conectividad y equipamiento, incluida la residencia Manuela Sáenz, que están al servicio de la comunidad universitaria, para enseñar, estudiar, investigar y trabajar.
La Andina abraza una cultura de evaluación permanente, lo que le ha servicio para ser la única universidad del país con dos acreditaciones internacionales, en 2010 y 2015, y trabaja con ahínco por la tercera. Cuenta en la actualidad con nueve áreas académicas: Letras y Estudios Culturales, Derecho, Historia, Salud, Educación, Estudios Sociales y Globales, Comunicación, Gestión, Ambiente y Sustentabilidad. Oferta cerca de 70 programas de posgrado (maestrías de investigación y maestrías profesionales, doctorados, especializaciones superiores), también posdoctorados, y diversidad de cursos: abiertos, avanzados, y de formación continua. Ha realizado más de 1300 publicaciones entre libros y revistas académicas, y financiado cerca de 800 proyectos de investigación concluidos. Así mismo, ha realizado más de 2500 eventos nacionales e internacionales -presenciales y online- sobre temáticas relevantes para nuestro medio y la región.
Un rasgo especial de la Andina es su carácter público e integracionista, abierto y plural en los pilares de la docencia, investigación, vinculación con la sociedad y de manera especial con diversas organizaciones sociales. Esta Universidad es la muestra fehaciente de que en Ecuador somos capaces de alcanzar grandes sueños; este en particular se forja colectivamente gracias al esfuerzo decidido de todos los estamentos universitarios. Con espíritu humanista, con mirada crítica y exenta de autocomplacencia la Andina está lista para seguir muchos años más en su empeño de contribuir para transformar la realidad y labrar un mejor futuro, en paz, con más democracia, justicia y derechos.