El proceso tecnológico, por una parte, y el acelerado crecimiento demográfico, por la otra, producen alteraciones en el medio ambiente llegando, en algunos casos, a atentar contra el equilibrio biológico de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y el mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que se protejan los recursos renovables y no renovables y que se tome conciencia de que el saneamiento del ambiente es fundamental para la vida sobre el planeta.
La quema de años viejos en nuestra ciudad, a la medianoche del último día del año, es una de las tantas tradiciones simbólicas familiares que se ponen en práctica desde hace muchos años y que, según el pensamiento de la mayoría, significa la eliminación de recuerdos del año que fenece, dando la bienvenida al año que se inicia.
Hace mucho tiempo que se debió poner un alto a esta costumbre y buscar una alternativa, o por lo menos buscar la manera de que cause menos repercusiones en el ambiente y en la salud de los seres vivos. Puede esta ser una sugerencia: que se lo represente por un monigote pequeño, escribir en un papel todo lo negativo que se desea desaparecer, introducirlo en el muñeco y, finalmente, quemarlo.
Pero la tradición resulta altamente tóxica para seres humanos, animales, plantas, el medio ambiente en general, debido a que dichas sustancias que se desprenden de los explosivos y se detonan junto al año viejo son causa de muchos problemas respiratorios, bronquiales, alergias, crisis asmáticas, trastornos óticos, entre otros. Es de mencionar que los explosivos que estallan desprenden al aire cientos de miles de toneladas de sustancias químicas cancerígenas. También hay mayor frecuencia de cuadros diarreicos en los niños, sobre todo, por la ingestión de una gran variedad de comidas.
El organismo tiene varios mecanismos para eliminar las partículas aspiradas. En las vías respiratorias, la mucosidad cubre las partículas de modo que sea fácil expulsarlas mediante la tos. En los pulmones también existen células depuradoras especiales.
Por lo expuesto, la Fundación Médica contra el Ruido, Ambiente Contaminante y Tabaquismo (Fumcorat) insiste en su pedido a las autoridades para que se prohíba la quema de monigotes con el uso de petardos.
¿Vale la pena seguir con la costumbre de quemar los años viejos?