La transparencia está presente desde el nivel internacional, con iniciativas globales como el Partnership for Open Government en 2013. El Ecuador desde hace dos años es parte de los compromisos de gobierno abierto, pero los debates sobre gobernabilidad, corrupción, eficiencia del sector publico han reavivado el debate de la transparencia en la gestión de lo público. Los hechos de corrupción en nuestro país y en casi todo el mundo colocan a la trasparencia como una especie de antídoto o vacuna contra la corrupción.
El avance de las tecnologías de la información y el crecimiento de las fuentes de los datos abiertos, que generan una multitud de información y cruce de datos también colocan a la vista la gestión de los recursos tanto públicos como privados. ¿Pero qué mismo es la transparencia? ¿Es un mito, es algo factible, aplicable? Se ha colocado de forma casi común, desde hace casi 10 años, a la trasparencia como dar a conocer información o la divulgación de los datos gubernamentales. Sin embargo, hay estudios que evidencian que ningún organismo público ni el Estado pueden ser completamente transparentes porque varios procesos y políticas públicas tratan con información restringida que vuelve complicado y hasta contraproducente divulgar información de las acciones públicas y sus impactos.
Como resultado de esos límites, variedades, direcciones e identificación de la transparencia adquieren especial importancia en la tarea de repensar las estructuras de control vigentes en la administración pública con miras a una posible transparencia, respetando la naturaleza cada tipo de información que se produce en los actos públicos. Ya no se puede trabajar con las lógicas de control policiaca, políticas, burocráticas, tecnocráticas que al final del camino se ha visto que en ves de tener una sociedad mas trasparente ésta se ha corrompido cada día más.
Se considera que los requisitos para disponer de transparencia tienen que ver con la calidad de la información, la oportunidad, la confiabilidad, que sean verificables, que puedan ser simplificados, de fácil acceso; todo esto, en el plano técnico, pero la clave está en la actitud y profesionalismo de los lideres y servidores públicos. Hoy mas que nunca, se requiere de profesionales en el servicio público del Ecuador con niveles de conocimiento y de ética superiores para el manejo de los pocos recursos y grandes compromisos que tenemos como país. Es vital que también los organismos de control se reinventen en beneficio de los resultados de las políticas publicas y no del control por el control, que ha vuelto al servicio público nacional pesado, poco confiable y direccionado a dar respuesta a los exámenes de control en desmedro del cumplimiento de la misión de cada una de las instituciones del Estado. (O)