¿En qué momento nos invadieron con sus piedras y lanzas la tribu de los todólogos, esa nueva raza, en plena evolución, que se está apoderando del planeta? ¿Quiénes son? Son la comunidad de los no-expertos, la congregación de los sabelo-nada. La jauría de quienes opinan sobre los temas que no dominan y escandalizan mientras se escandalizan.
A un juez le “suspenden la competencia” y los todólogos claman que los correístas son dueños del Consejo de la Judicatura. Pero ninguno de esos todólogos sabe la diferencia entre “jurisdicción” y “competencia”, ni lo que “juicio de recusación” significa, ni que el Consejo de la Judicatura no tiene vela en ese entierro.
Declaran nulo “algo” en el caso de Iván Espinel por un tal “non bis in idem”, pero el todólogo no sabe si es nula la “etapa de juzgamiento”, el “proceso” o “maldita sea la cosa”. No saben la diferencia entre “nulidad” e “inocencia”, ni las “causales” ni los “efectos procesales” de una nulidad. No sabe en qué idioma está escrito ese tal “non bis in idem”, ni si es un plato de comida griega o un baile folclórico libanés. Pero aún así lloran, opinan y virilizan lo que no pueden ni deletrear.
Sale una publicación periodística sobre un acto de corrupción por parte de un funcionario público y los todólogos exigen la hoguera bárbara para el miserable, pero no saben que el delito de “corrupción” no existe; no saben cuáles son los elementos requeridos para condenar a alguien por “cohecho” ni su diferencia con la “concusión”, no saben que un artículo periodístico no tiene “fuerza de sentencia”, no les consta si el hecho es real o mentira y no saben siquiera si el involucrado existe o no. Pero todos aúllan, todos enloquecen, todos son líderes de opinión de aquellos temas sobre los cuales son analfabetos.
El todólogo narra la represión en Chile, Ecuador y Barcelona, pero no distingue técnicamente “reprimir” de “repeler”, cree que “uso progresivo de la fuerza” es una banda de Punk, que “legítima defensa” es una ONG, que “contrato social” es un club de golf y que Estado de Derecho es un pequeño país en África. Pero todo saben, de todo hablan.
¿La solución? Si lee una noticia catastrófica sobre temas técnicos que le suenan a “chino”, no grite por favor, pues existen ruidos que usted no puede controlar. Y recuerde: la ignorancia, en este siglo, no es la carencia de conocimiento, sino la reproducción viral de información deforme, por parte de una raza maldita con un sistema moral en estado de descomposición. (O)