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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

Los títulos de PhD

09 de mayo de 2019

Las universidades son instituciones históricas guiadas por tres objetivos esenciales: formar profesionales, producir conocimiento y desarrollar el pensamiento crítico y creativo. En el caso de Ecuador, otra de sus finalidades es la recuperación de los saberes ancestrales.

En nuestro país los centros de educación superior se multiplicaron con el propósito de formar profesionales. Muy pocos desarrollaron pensamiento crítico e investigación científica. En la última década se buscó transformar a las universidades en centros de investigación e innovación tecnológicas. Como resultado de una disposición establecida en la ley y con el fin de no perder sus empleos, muchos docentes buscaron obtener el PhD, accediendo a ofertas rápidas de baja calidad.

El resultado general ha sido tan contradictorio, que muchos de los que hicieron estudios serios no están dentro de las universidades. Por otra parte, varios de los centros de estudios superiores se encuentran en un estado caótico, impedidos de cumplir sus objetivos básicos. Toda investigación identifica un problema de la realidad con el fin de resolverlo. La identificación del problema refleja posturas ideológicas y en algunos casos responde a intereses.

En general, la innovación de la tecnología tiene propósitos de mercado, a menos que sea para mejorar la calidad de vida o disminuir el daño a los ecosistemas. Por su parte, los modos de vida contradictorios obstaculizan la reproducción armónica de la vida, lo cual constituye un problema esencial, que debe ser abordado por la ciencia y el análisis crítico.

En los últimos días se ha planteado el debate sobre el requisito de tener el grado de PhD para ejercer los cargos de rector y profesor universitario. Si lo que se busca es formar profesionales críticos y generar conocimiento para encontrar soluciones a los grandes problemas sociales y ecológicos, el cuerpo docente y directivo debería estar constituido a corto plazo por científicos probos, verdaderos referentes del pensamiento crítico con vocación docente y grado PhD, que hayan demostrado calidad en sus investigaciones doctorales.

Si, por el contrario, lo que se busca es reducir el objetivo de nuestras universidades a la formación profesional en función del mercado y el negocio de la educación, quizás bastaría en cada caso con un cuerpo de profesores de tercer nivel y un gerente rector. (O)

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