Hace pocos días, en uno de esos sueños que uno suele tener al amanecer, caminaba por el mundo onírico buscando un repuesto para un pequeño adorno que estaba defectuoso, hasta llegar a un almacén algo rústico donde atendían unos individuos acordes con la imagen del lugar; al explicar lo que necesitaba al dependiente que parecía ser el principal, me observó atentamente y me dijo: “¿usted ha visto the wanted tempido?” (así es como sonó la frase en mis oídos), ante lo cual sus ayudantes rieron y yo sonreí también, presumiendo que se trataba de alguna película; enseguida el individuo aclaró: “es la historia de un hombre que buscaba algo que sabía que no lo podría encontrar jamás”.
Buscando en Internet, encontré que Tempido es una empresa alemana y también un género musical de meditación y sanación, por lo cual, la frase y el mismo sueño podrían prestarse a varias conjeturas de significado; mas, lo que me ha motivado a escribir sobre esto es la explicación del enigmático dependiente del sueño, que me ha hecho pensar cuán común es, para todos nosotros, buscar algo que de antemano sabemos que no lo podremos encontrar. Así, vemos a gente que busca la pareja ideal, el empleo ideal, la carrera ideal, el tipo de alimentación ideal, la filosofía e ideología ideales, el amigo o amiga ideal, etc., pasando la vida buscando y buscando sin dar con aquello anhelado.
No se trata de enumerar todas las cosas imposibles de lograr, pues la lista podría ser larga, sino de descubrir los motivos que nos impulsan a buscar estos ideales, aún sabiendo que no podremos hallarlos; considerando, además, que la mayoría de veces no estamos en capacidad de ofrecer aquello que exigimos de otros, pues una espesa niebla nos impide ver lo que somos y lo que merecemos. Además, debemos buscar prolija y diligentemente, ser pacientes esperando, y aceptar, llegado el caso, que hay cosas fuera de nuestro alcance.
Buscamos muchos ideales porque creemos que nos harán felices de alguna manera, sin importar si lo merecemos o no. Insistimos en su búsqueda porque a veces lo que nos llena es buscar, como quien disfruta visualmente de un hermoso paisaje mientras camina rumbo a una meta que no alcanzará. Sin embargo, hay alguien que todos podemos estar seguros de encontrarlo si lo buscamos sinceramente: Dios; pero cuidado: la Biblia nos advierte que debemos buscarlo mientras pueda ser hallado. Dejo a cada uno de ustedes la meditación sobre esta última frase.