En una jugada maestra los políticos de Italia y Grecia han cedido el poder a tecnócratas para evitar el costo político de la crisis y las medidas para enfrentarla. Mario Monti, primer ministro italiano, economista, ex miembro de la Comisión Europea, Rector de la Universidad Bocconi, designó un gabinete integrado por tecnócratas, banqueros y académicos.
Mientras Lucas Papademos, primer ministro griego, economista y ex vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), nombró ministros en su mayoría socialistas, con apoyo de la derecha.
El plan de ajuste italiano, por 30.000 millones de euros, se basa en la reducción de gastos e incremento de ingresos públicos: aumentan años de aportación para jubilación y subida de años para ésta, congelamiento de pensiones, revisión de jubilación mínima de acuerdo a la inflación, recorte de gastos en sanidad, aumento de 3 puntos en Impuesto a Renta para ingresos mayores a 75.000 euros, incremento del IVA en 2 puntos, impuesto sobre la primera casa, impuesto a la entrada de capitales, tributo sobre bienes de lujo y reducción de la evasión fiscal.
Además incrementa gastos para el crecimiento, sectores productivos y trabajo. Se aplazó la reforma al mercado de trabajo. Como se ve, el ajuste recae sobre los jubilados, trabajadores y población en general.
En Grecia se están aplicando las medidas de ajuste basadas en reducción de salarios, disminución de las jubilaciones, recorte de gastos sociales, reducción de personal del sector público, privatizaciones, impuestos a la vivienda, etc. que han llevado a la recesión y aumento del desempleo al 16% en 2011. Hay medidas tan dramáticas como el cobro del impuesto a las propiedades, aquellos que no pagan, les cortan la energía eléctrica. Se está ahorcando al pueblo griego. Las medidas se aplican para recibir el segundo paquete de ayuda y el crédito de la UE y FMI que tiene más ajuste.
El próximo presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha señalado que para enfrentar la crisis aplicará disciplina fiscal (reducción del gasto), reforma al mercado de trabajo y restructuración del sistema financiero. Son reformas estructurales que afectarán el nivel de bienestar y empleo. Con la última propuesta ha puesto el dedo en la llaga, pues detrás de la crisis de la deuda soberana europea está la de estabilidad financiera.
En efecto, la Autoridad Bancaria Europea ha recomendado recapitalizar a los bancos europeos con 115.000 millones de euros, necesitando los griegos (30.000’), españoles (26.170’), italianos (15.400’), alemanes (13.100’) y franceses (7.300’) afectados por los bonos de la deuda europeo y tendrán que alcanzar el nivel de solvencia de 9% hasta julio de 2012.
Tal es la situación de estos bancos que el BCE tomó dos decisiones: bajar las tasas de interés y ampliar el plazo a tres años para crédito a los bancos a fin de darles liquidez. Es ganar tiempo para resolver el problema de solvencia. La cumbre europea acaba de acordar un pacto fiscal para salvar la eurozona y a los bancos.