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El Telégrafo
Christian Bravo

El teatro y la academia

27 de julio de 2019

El teatro es un oficio donde uno crea mundos, desde el texto que interpreta, hasta los ecosistemas por donde deambulan los personajes. Pero entre esos dos mundos hay muchas tareas previas, señala el autor y actor Martín Varea.   

Los Sueños de Actores de Reparto, obra de teatro dirigida por Xavier Delgado e interpretada por Martín Varea y Esteban Góngora, es una propuesta de teatro que cuestiona la práctica de las artes escénicas. Esta propuesta nos transporta a la vida de dos personajes (Evens y Thin), que pretenden alcanzar la fama y cumplir su sueño de interpretar una película o una obra de microteatro; sin embargo, ambos se encuentran atrapados en un ensayo sin tiempo, en un lugar que aparentemente pretende ser un teatro.

En esta obra, los intérpretes cuestionan el deseo de éxito, fama y trascendencia que nos desmorona a todos, en una sociedad donde perseguimos siempre una identidad construida o imaginada por otros.

Thin (Varea) es un personaje de reparto que ensaya una obra de William Shakespeare porque como todo actor sueña con la fama. Evens (Góngora) es de esos actores que desprecia el teatro experimental y a sus colegas que defienden los dogmas de la interpretación.

Los actores de esta historia expusieron su propuesta en la sala de Artes Escénicas Espacio Vazio, proyecto artístico nacido en 2015 como un proceso colaborativo entre el Instituto Superior ISPADE y el Colectivo Zeta Danza. Se trata de un espacio dedicado a la capacitación de los artistas escénicos de la ciudad y en donde se presentan obras escénicas nacionales e internacionales.

El teatro da esa posibilidad de ser crítico con los modelos dominantes; como proceso de aprendizaje, este permite desarrollar la creatividad individual y grupal, estimula la integración en conjunto y la confianza personal. Su valor formativo y humano permite la consecución de objetivos básicos para la educación, pues desarrolla capacidades individuales y habilidades sociales de estudiantes y docentes, integrando así a una comunidad educativa.

El impulso que se pueda dar desde la academia al ámbito artístico se vuelve fundamental para la ciudadanía, en tiempos en donde las nuevas generaciones parecen haber perdido el interés por las artes escénicas. Volvamos al teatro. (O)

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