Esto sucedió en el gobierno de su majestad primero. Sí, él de las camisas adefesiosas, el prepotente y arbitrario de la sabatinas interminables. Sí, el paranoico acusado de corrupto y facineroso. Me encontraba en la ciudad de Milagro. Era el mediodía y me disponía a regresar a Guayaquil.
El sol calienta las piñas y las hace jugo que hierve con harto hielo, hecho de agua del santo Milagro. Estaba parado esperando, ignorando lo que viene. Vi agitarse la calle, las piedras, la esquina de los cuentos y rectitud. De pronto irrumpió como un iluminado: su majestad primero. Apareció presidiendo una caravana que alababa su perfección y bondad. Lo vi llegar, la vi pasar. El magnífico, el omnipotente, el superior, el mandamás, el calumniador, el perseguidor, trepado en una camioneta saludaba y bramaba como desquiciado por el poder y la autoridad. No tuve nada que decir, solo ver a la perversidad, trepado en una camioneta alabándose de su poderosísima auto autoridad.
En medio de mí absorto frente a tal espectáculo, que ocurría ante mi ironía y desazón, un desconocido ciudadano, que estaba junto a mí, le gritó a su majestad: "Ladrón, abajo, abajo cinturón". Ante tanto ruido y tumulto creí que su majestad no había escuchado la voz del pueblo. Pero sí escuchó o le hicieron escuchar y ordenó parar la caravana, se bajó de su podio y volando entre sus pies, se acercó al sitio desde dónde se escuchó la voz crítica y preguntó por el "patán que está insultando a su majestad".
Todo el mundo corrió de la escena y me quedé estupefacto, paralizado del terror. Su majestad pasó al lado mío y no me acusó de haberle proferido tremenda ofensa, lo que me devolvió el alma al cuerpo. Al no encontrar a nadie a quien encarcelar por la grave ofensa cometida, se fue y siguió con su grandeza. Ahora quiere regresar.
Necesita regresar. Esta banda de mentirosos y oscuros individuos quiere regresar. Regresar a la ofensa, regresar a la maldad desde el poder, regresar a la intolerancia, regresar a la trinca y al abuso, regresar a la persecución Esta gente, que odia y siempre odia, quiere regresar a gobernarnos. No votaré por la violencia desde el poder. Votaré contra el recuerdo de un gobierno indigno y la rabia de ideas caducas aplicadas a nuestra realidad. Dios nos bendiga y proteja de ver el regreso de la maldad desde el poder.