Se anunció en octubre que el puente sobre el río Blanco estaría habilitado desde el 23 de noviembre pero hasta la fecha esta vital obra para la comunicación entre las provincias de Pichincha y Esmeraldas no se ha cumplido y la obra sigue postergada y olvidada.
El puente sobre el río Blanco demuestra una vez la triste historia de Lasso y sus mentiras. Él visitó el sector y ordenó que inmediatamente se proceda a la reparación del puente sobre el río Blanco.
Él constató la gravedad por la paralización del puente. Ordenó, dispuso y luego se olvidó y no cumplió su promesa de levantar el puente. Ahora todo el sector está incomunicado.
La obra fue encargada al cuerpo de ingenieros del Ejército, pero el cuerpo desapareció con cuerpo y todo porque no han podido entregar la obra. El puente tiene entre 100 metros de largo y han caído cien años de soledad e impotencia.
El desinterés y el quemeimportismo de las autoridades ante la caída del puente sobre el río Blanco es infame y cruel.
Por eso mi pedido a la Sra. prefecta de Esmeraldas, Roberta Zambrano, para que tome usted la prioridad de levantar el puente y atender así el grito desesperado de los moradores de Quinindé y Puerto Quito de tener habilitado el puente para el turismo, las labores agrícolas, la transportación de pasajeros y de carga.
¡Urgente, Roberta, urgente!