Al día de hoy, llevamos 139 días que la raza humana conoce a la enfermedad covid-19. Considero he dedicado líneas para brindar una opinión modesta de la covid-19, desde mi sendero ciudadano. No pretendo seguir ahondando en las novedades que a diario se suscitan en cuanto a nuevas manifestaciones de la enfermedad, o, cuál es la situación del linaje del virus en EE.UU. o en Europa (como lo calificó el Dr. Elmer Huerta, descartando mutación más agresiva del SARS-CoV-2).
Más bien, estimo mayormente beneficioso plantear una conclusión preliminar a partir de dos recientes actualizaciones: a) The New York Tymes: estudio científico publicado hace pocos días en The Proceedings of the National Academy of Sciences (Stadnytskyi, Bax, Bax & Anfinrud) trae al debate la posibilidad de que a través del habla entre dos personas sea -esa acción- otra forma de contagio del nuevo coronavirus, ya que se emanaría una población de gotas de saliva, parte de ellas caerían en el suelo, mientras otras (en ambientes de poco fluido de aire, como, por ejemplo, las oficinas) podrían quedarse suspendidas de entre 8 a 14 minutos. Aunque los investigadores alertan que su contribución científica se realizó en un ambiente controlado y con personas que no estaban contagiadas, tienen razones que les llevan a pensar en qué ocurriría en ambientes ventilados pero con personas contagiadas con alta carga viral ¡Vale la pena leerlo!; y, b) 20 Minutos: la OMS aún no encuentra pruebas concluyentes que indiquen que este nuevo coronavirus se contagie vía contacto con superficies, pero insisten en que se desinfecten las mismas (cuando sea posible) para descartar así contagios de otros virus.
¿Qué hacer? Nuevo código social, por citar: portar adecuadamente respirador, fundamental; mantener distancia mínima de 2 metros, para cuidarse y cuidar; evitar lugares de baja circulación de aire, y aglomeraciones. (O)