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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

A pesar de todo, sobreviviremos

09 de abril de 2020

Veo en mis amigos y en mí mismo, que ahorramos toda la vida para comprar aquello que más deseamos y de pronto, ni siquiera podemos disfrutarlo. Bueno, eso es lo que nos ha enseñado el covid-19. Yo entiendo que todos queremos tener una vejez financieramente segura, lo cual ya es difícil en Ecuador; pero para eso empeñamos los años más preciados de nuestra vida. Realmente sacrificamos nuestra libertad presente para asegurar un futuro que ha probado ser totalmente incierto, por mucho que planifiquemos.

Pero no se equivoquen. De ninguna manera propongo que botemos nuestro empleo y nos lancemos a la aventura. No, lo que sí les digo es que, si ustedes quieren ver el mundo, viajar a Europa, conocer Egipto, planéenlo con cuidado, pero, ¡por Dios!, háganlo lo más pronto posible y no cuando sean viejos. Esas experiencias a una edad adulta y responsable, les dará la inspiración y la fortaleza para sobrevivir cualquier vicisitud.

La necesaria cuarentena hace que extrañemos muchas cosas que dábamos por sentadas. Por ejemplo, conversar con los colegas y compañeros desde muy temprano. Nos damos cuenta que la conversación, aparte de ser agradable, era nuestro esfuerzo para lograr mejores relaciones personales. Las conversaciones son nuestra forma más elemental de reciprocidad. Y son el ejercicio más simple para demostrar cariño. Pero más importante, platicar es el mejor enemigo de la soledad, de la duda, de la ansiedad y de la tendencia a darnos por vencidos. No importa cuán conectados estemos con celulares, internet, redes sociales; la realidad es que nos hace falta ese contacto personal que el maldito coronavirus nos ha quitado.

No hay duda que planificar ayuda mucho, pues si no sabemos qué es lo que queremos y cómo lograrlo, es muy difícil que lo alcancemos. Pero por mucho que planeemos, debemos acostumbrarnos a esperar lo inesperado. Y lo inesperado es por naturaleza, invisible, impensado e impredecible. Por lo cual, lo mejor es planear la manera de vivir sin un plan y prepararnos para aquello para lo cual no estamos preparados. Y es por eso que los ecuatorianos sobreviviremos a pesar de todo. Y lo haremos en un mundo que cambió de un momento a otro. (O)

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