Sin embargo, hasta que el pueblo decida lo contrario, respetaré la institucionalidad actual. Eso es lo que nos dijo el Presidente de la Republica cuando asumió las funciones; lo que ha llevado a una sola lectura por parte de varios actores sociales, como es el anuncio tácito de la consulta popular.
Y es que la consulta es una necesidad de país si es que se quiere ir a ese reencuentro que nos habló como ciudadano quien sintió en carne propia como millones de ecuatorianos la desinstitucionalización del Ecuador y la concentración de poderes en una sola persona porque la Constitución de la República fue confeccionada a la medida de un proyecto político que no avanzó como soñaban los revolucionarios trasnochados, pues como ellos dicen, porque el Ex presidente los traicionó; pecado del que está perdonado Don Lenin Moreno.
La palabra del Presidente es palabra de gallero. Y ya lo ha evidenciado cuando días atrás aún sin llegar a Carondelet dijo que respetaba la sentencia de la Corte Constitucional sobre la mal llamada despenalización del aborto, pues lo correcto es la descriminalización de esa conducta en casos de violación; cosa que llamó la atención a propios y extraños. Y entendemos que también respetará la decisión que debe salir en estos días de la Corte Constitucional con respecto a la acción planteada por los ex jueces de la Corte Nacional que no se sometieron al proceso de evaluación.
Hasta ahora lo hemos visto respetuoso y aspiramos verlo a futuro cuando existan actuaciones y decisiones que lo mejor no están en la lógica de su pensamiento humano y político. Siendo así, nos hace ver que estamos frente a un demócrata ante todo, pero sin lugar a dudas ante un estadista y como dice la sentencia popular: a los tiempos pan de Ambato.
Con ese mensaje presidencial estamos a las puertas de una consulta popular y los dardos apuntan a la Función Judicial, en otrora llamada la “Cenicienta del Estado”, entonces en buen romance, a poner las barbas en remojo. Y como dijimos en otro momento, por esta vez sin injerencia política sino por voluntad popular.