Una explosión criminal acabó con la relativa tranquilidad que existe en el sector del cristo del consuelo, comunidad populosa del sur de Guayaquil. Era la madrugada del domingo 12 de agosto y en el ambiente la fiesta ya había terminado. De repente todo se convirtió en muerte y destrucción. Una poderosa detonación se escuchó y los muertos por doquier. Un grupo delictivo coloco ahí junto a una casa del sector una carga de dinamita que todo lo convirtió en sangre, estupor, terror, desamparo.
Guayaquil es la ciudad más violenta del Ecuador. Vivimos con miedo. Miedo que nos roben, angustia ante el poder de la violencia. Ahora dónde vayamos y donde nos movemos está el terror y la fuerza del mal.
La explosión terrorista en el cristo del consuelo llevó a la muerte siete ciudadanos que no recibieron protección del estado y sus fuerzas policiales, fuerzas armadas, estado de derecho. Hay heridos y destrucción total de viviendas.
¿Quiénes son los culpables, los autores de éste execrable delito? Ahora ¿Cómo nos va a proteger la policía? ¿Qué plan, qué estrategia van a aplicar las fuerzas de seguridad del estado para tranquilizar a la sociedad? El gobierno ha implantado un nuevo estado de excepción, otro más en lo que va de éste año. La situación es de horror. Recobre la autoridad sr. Presidente Guillermo Lasso. Los malos criminales están ejerciendo un estado paralelo.