Los mismos de siempre se aprestan a correr junto a Rafael Correa, en pos de la Presidencia de la República. Pero ninguno de ellos le hace sombra al primer magistrado.
Ni el precandidato del PSP, el campeón de mentiritas Lucio Gutiérrez; ni el siempre presente en estas lides, Álvaro Noboa; ni el banquero Guillermo Lasso, que se lanza a una aventura con final predecible.
Peor Fabricio Correa, con todas sus ambiciones y su equipo; o la mal hablada Lourdes Tibán y con ella Pachakutik; ni los de Ruptura de los 25, con Norman Wright y María Paula Romo a la cabeza; ni Mauricio Rodas, que si logra ser candidato, y a pesar de su Suma, ocuparía uno de los últimos lugares; ni el pobre Partido Socialista, que por sus tradicionales e incomprensibles alianzas cada vez está quedando peor; ni el PSC o Madera de Guerrero, que elección tras elección se acercan a la desaparición.
Ni siquiera juntando fuerzas todos ellos en un solo bloque, el 17 de febrero de 2013, alcanzarían la votación que logrará el primer magistrado. ¿En qué nos basamos?
Los días 14, 15 y 16 de marzo, la encuestadora CMS, de Santiago Cuesta, realizó un trabajo de investigación entre 15.751 hogares pertenecientes a 10 provincias del país, lo que dio como resultado que Rafael Correa sería el ganador de las elecciones presidenciales si se realizara en estos días, con el 48,56% de la votación.
La encuesta en referencia señaló, además, que existe un grupo de electores indecisos o que no saben aún por quién votarán, sector que se aproxima al 30 por ciento. Que esto es solo una posibilidad, bien lo sabemos, pues muy pocas encuestadoras suelen ser de resultados fieles a la realidad.
Pero, además, es muy cierto que una investigadora de trayectoria seria y creíble, como la CMS, tiene niveles muy bajos de error y que es poco probable que las cifras y los porcentajes varíen sustancialmente hasta las elecciones de 2013.
En esta decisión de las mayorías por darle nuevamente el triunfo electoral a Rafael Correa, lo más importante es que existen razones más profundas que el pueblo percibe con facilidad.
Y esto les quita el sueño a los precandidatos, a quienes mantendrá en vela a partir del 17 de agosto, cuando concluya el plazo para la reinscripción de los partidos políticos interesados y posteriormente se sepa quiénes serán los candidatos definitivos de la más importante competencia electoral de la nación.
Lo medular es entonces aquello que el pueblo lo vive diariamente y que se encuentra definiendo la suerte de los ecuatorianos.
Eso que Correa está haciendo realidad: la revolución que transforma todo lo negativo para hacer posible el logro del buen vivir. Esto que es el histórico proceso que ha hecho tangible cambios profundos en la existencia del país.
Viviendas para los que carecían de ellas, carreteras de primer orden cruzando las diversas regiones, grandes mejoras en temas de salud, transformaciones necesarias en asuntos de educación, medidas indispensables en la administración de justicia, atención esmerada a los discapacitados. Todo aquello que jamás se les pasó por la mente de quienes en los gobiernos anteriores a 2007 estuvieron en el poder y se preocuparon tan solo por exprimir los fondos del Estado para su propio beneficio.
En efecto, lo más importante es que no regrese la impudicia que detendrá los cambios revolucionarios que ha implementado el gobierno de Correa, transformaciones que deben culminar y mantenerse en el futuro para bien de los ecuatorianos.