Jesús Quintero el excepcional periodista, y sobre todo genial, entrevistador español, con su reciente muerte, el día, 03 de octubre 2022, nos ha dejado físicamente, pero su legado cultural, y su mensaje de fondo, han tomado fuerza y vigor, Urbi et Orbi, desde tan infausto día. Sus trabajos magníficos acaparan todos los medios: prensa, radio, y televisión, su herramienta en vida más potente para comunicar y también se decantan sus palabras en las más importantes redes sociales obvio, que dependiendo de quienes sean los usuarios de ellas.
No lo encontraran en esas publicaciones enredosas en las que sus expositores devanean con su material fofo, y ramplonería pura y dura, más zafiedad que incluye: fotos de ellos y ellas, mostrando fotos, y videos, sobre sus vidas y cuerpos. Imágenes que a las que llegan muchos previo pago y cuentan algunas sus intimidades con toda explicitud. No se tapan, ni trapos, ni oscuridades, ni marcas, ni bebidas, ni parrandas que a nadie le debieran importar, y que dejan a la luz su mal gusto, sobre todo su ignorancia, con la que contaminan especialmente a la juventud que los sigue con morbo, e instinto de chisme farandulero, a flor de piel. Dicen ser personas influyentes, y pululan, y hacen cultura de albañal directamente.
Súmese a todo lo mencionado, la televisión basura, que ofertan canales aparentemente serios, que hace tiempo dejaron de lado programas culturales, de opinión, de debate, de comunicación trascendente, porque lo que prioritariamente interesa es el factor dinero que con narco series o novelas burdas de a perro, se consigue. Ya que seguidores tienen, lo malo se vende fácil.
Jesús Quintero lo tenía bien claro, así de claro: “ Siempre ha habido analfabetos, pero la cultura y la ignorancia, siempre se habían vivido como una vergüenza, nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida. De no importarle nada que pueda olerle levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate. Los analfabetos de hoy son los peores, porque, en la mayoría de los casos, han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos, la televisión cada vez se hace más a su medida. Las parrillas de los distintos canales compiten en ofrecer programas pensados para una gente: que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quieren que la diviertan o la distraigan aunque sea con los crímenes más brutales, o con los más sucio trapos de portera. El mundo entero se está creando a la medida de esta mueva mayoría, amigos. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario, para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Esos son socialmente la nueva clase dominante aunque,…siempre será la clase dominada precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas. Y así nos va. A los que no nos conformamos con tan poco, a los que aspiramos a un poco más de profundidad, un poquito más hombre. Un poquito ma…JESÚS QUINTERO. EL LOCO DE LA COLINA
“ Para mí la comunicación no es un oficio, sino un destino, no es un medio de vida, una manera de vivir: un compromiso. No ha contradicción entre lo que digo en público y lo digo en priva. No estoy a qui para vender productos ni para hacer programas al dictado de nadie, ni al gusto de la época, mucho menos en un tiempo que ha perdido el gusto, la sensibilidad y hasta la vergüenza. No estoy aquí para ganar dinero a cualquier precio a costa de rebajar el listón de la calidad y hablar en necio al vulgo. Amo la comunicación y por eso me duele verla en manos de gente sin escrúpulos, gente que se ha rendido al mercado, a la publicidad, a la dictadura de las audiencias. Cada día me da más miedo formar parte de ese mundo que ha sido y es para mi y que cada vez me siento más extraño.” Jesús Quintero entrevistas Ediciones Aguilar pag13.
Es lamentable que en nuestro país la televisión salvo algún programa de excepción, sea como refería Quintero a la de su país: “ La televisión era una mina abandonada y saqueada. El pueblo vivía en permanente zapping. Los mercaderes y los políticos aprovechaban el medio más poderoso de todos los tiempos para vender su mercancía. España entera era un portería. A la televisión no le interesaba la cultura. En su circo no había lugar para los sabios, los filósofos, los intelectuales, los líderes de opinión, los creadores, los poetas, los hombres y mujeres que de verdad tenían algo que contar. En este desolador panorama, tuve la idea y el placer del grabar una serie de televisión con el escritor Antonio Gala. Se trataba de “Trece noches” Jesus Quintero.
Continuará…