Es lamentable la forma en que todos pretenden “inculpar” a Santiago Pérez, cuando el resto de encuestadoras también se equivocó. Las tres encuestadoras que estuvieron al aire el sábado 7, a las 17:00, presentaron resultados errados. El pecado de Pérez no es haberse equivocado, al igual que lo hizo Ángel Polibio Córdova, de Cedatos, en Ecuavisa. No, el pecado es haber trabajado, anteriormente, para el gobierno de Rafael Correa y para un medio incautado, en la consulta. Todos encima de Pérez, y con argumentos incluso que rayan en la ignorancia. Pero mientras Córdova se escabulle y se oculta, Pérez dio la cara, explicó e incluso reconoció los errores. Sin embargo, persiste, en esos medios y actores políticos, esa doble mirada, ese doble discurso que, incluso, sin sonrojarse se esgrime día a día.
El Sí obtuvo un claro triunfo y debe ser asumido por todos los ecuatorianos. En eso consiste la democracia que, con esta consulta, debe salir fortalecida.
Múltiples son las lecturas que pueden hacerse de la victoria del Sí. “Todos ganamos -ha dicho el presidente Correa-, nosotros estamos contentos con esta victoria. Y la oposición también”. Pero más allá de ello, es necesario reflexionar y asumir, con honestidad, los resultados de las lecturas que, desde el Sí y el No, deben hacerse. Una de esas lecturas puede ser que decir No ahora, no necesariamente implica decir No al Presidente y al proceso de cambio. Es la posibilidad de decirle al Primer Mandatario: “Estamos con usted, pero ya estamos cansados de insultos y descalificaciones. Rectifique y, juntos, profundicemos la Revolución Ciudadana”. Pero es también una forma de sanción a las autoridades nacionales y, sobre todo, locales, e incluso a los gobernadores; a las ineficiencias, demoras y divisiones. Ese No es, además, un llamado de atención a quienes han sido incapaces de tender puentes y establecer diálogos, que no implica concesiones. Es también una defensa de las libertades. Sin duda, una buena parte, sobre todo del norte de Quito, está contra el maltrato a los animales y los casinos, pero no quiere prohibiciones, no quiere perder el derecho a elegir y decidir. Por eso mismo, eligió decir No.
Al interior del Gobierno Nacional y del Movimiento PAIS es imprescindible una evaluación y una actitud autocrítica. Ningún proceso revolucionario puede avanzar sin una conciencia crítica. Y para el caso de la Revolución Ciudadana, ha llegado ese momento.