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El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

Sí, la salida del autoritarismo (I)

20 de enero de 2018

El correísmo abogó por una supuesta democracia participativa, pero en la práctica terminó imponiendo un proyecto de cuño autoritario que instrumentalizó la participación en su beneficio. Las consultas llegaron solo cuando se tenía asegurado el triunfo, pero cuando había dudas de los resultados prefirieron abstenerse.

Así, de manera espuria se aprobó la reelección indefinida en la Asamblea, cuando todos votamos por una Constitución que únicamente autorizaba la reelección por una sola vez. Por ello, el Sí para eliminar la reelección indefinida es lo que cabe. En democracia, considerada como un campo de fuerzas en disputa, el relevo de personas y de élites políticas constituye un mecanismo para evitar las presidencias vitalicias, así como para remozar el escenario político nacional.

La integración del Consejo de Participación Ciudadana es otra de las herencias oprobiosas que nos dejó el correísmo, pues este organismo se funcionalizó íntegramente al Ejecutivo y construyó la más espantosa concentración de poder político. Lo que ocurrió, en la práctica, fue una suerte de privatización del Estado que fue manejada por un puñado de gentes, todas leales al caudillo de turno, lo cual garantiza hasta hoy la impunidad del régimen anterior, así como su incrustación en la compleja institucionalidad estatal de control. Votar sí contribuye a una desprivatización del Estado correísta. A más de votar Sí, debemos exigir una integración democrática y plural del nuevo Consejo, que a final de cuentas será electo por sufragio universal.

En la consulta hay ciertos riesgos, pero no son ni de lejos peores que la situación en que nos dejó el correísmo. Es importante que esta consulta venga acompañada de presión y movilización ciudadanas, pues no significa un cheque en blanco al presidente Moreno. En suma, la salida a la dominación autoritaria constituye el Sí a la consulta popular, cuyo dueño no es, por cierto, el señor Lasso, sino la ciudadanía ecuatoriana que levantó esa bandera de lucha. (O)

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