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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

Sepultar el futuro con el petróleo

11 de agosto de 2023

Estamos a pocos días de que los ecuatorianos a más de elegir nuevo presidente y asambleístas respondamos a una consulta popular. Esta versará sobre una pregunta planteada por un minúsculo grupo de ecologistas.

¿Estamos dispuestos a dejar enterrados los recursos naturales que permitirían a los ecuatorianos el desarrollo social y económico de los ecuatorianos? ¿O, salvamos cuál hormiguita atómica el planeta?

Vivimos de recuerdo llenos de historias pírricas. Antes fue esa historia pírrica de la bandera de Abdón Calderón, que mantuvo con sus dientes el estandarte libertario. Ahora, quieren ser aquel país pequeño que deja enterrado el petróleo como ningún otro país más desarrollado lo haya hecho. Queremos ser, como decían los quiteños antiguos, pobres, pero eructando a pavo.

El Ecuador se ha llenado de consultas más que un cuestionario de la revista de variedades “Vanidades”. Hemos pasado en consultas estériles, perversas y hasta autodestructivas. Consultamos las peleas de gallos y corridas de toro; consultamos si el grillete que nos pongan tiene que ser de color dorado o plateado. Hoy vivimos no de corridas de toros ni gallos pero encadenados a una constitución que ha sido garantista de los derechos de los poderes omnímodos y corruptos. El pueblo ecuatoriano le ha dado respiración de boca a boca a un partido político que nos tiene partidos. Partidos entre nosotros; partidos con un futuro de progreso. Partidos de un sistema jurídico justo, legal y legítimo. Partidos de un futuro de esperanza.

El 20 de agosto próximo asistiremos una vez más a elegir autoridades nacionales. Esta vez será entre siete candidatos vivos y uno asesinado. Fernando Villavicencio, aunque asesinado, estará presente en el imaginario de los electores. Lo asesinaron las mafias del narcotráfico y su brazo armado político. Era el único candidato que garantizaba una lucha frontal contra esas mafias. 

Aquellos quieren dejarnos un país de esperanza con el mismo modelo de una refinería ubicada en el Pacífico. 

Mucho ya se ha dicho sobre las dos posiciones. Enterramos o explotamos responsablemente el petróleo Los ciudadanos iremos el 20 agosto a escoger una de las dos opciones con una información incompleta.  

¿Y qué pasaría, me pregunto yo, si dieran con los autores material e intelectuales del asesinato? Pues nada. Pasarían a ser protegidos con la hospitalidad de las cárceles ecuatorianas. Tampoco se los podría extraditar porque hay una consulta popular que les garantiza sus derechos. Tampoco dejarían de operar desde dentro de las cárceles gracias al sistema de comunicación con el que cuentan.

No me queda la menor duda de que la mayoría de las consultas en las que participamos los ecuatorianos, fueron para retroceder. Caminamos sin un rumbo cierto sin un norte.

¿Acaso somos lo contrario de un rey Midas que todo lo que tocaba, lo convertía en oro? Si no, veamos. Vivimos del boom petrolero al igual que mejoramos el estándar de vida desarrollamos la corrupción. Y cuando digo mejoramos el estándar de vida me refiero a que los indicadores de educación salud viabilidad e infraestructura despegaron de manera superlativa. Hoy, lo queremos enterrar con el petróleo para que los ecuatorianos vuelvan a un modelo de vida de “buen salvaje” que defendía Jean Jacques Rousseau…

Todo lo que tocamos desaparece por la corrupción de los políticos. Hoy teniendo el petróleo lo vamos a desaparecer para convertirlo en pobreza, ignorancia, falta de educación y salud.

El pueblo ecuatoriano va a escoger el retroceso la pobreza la miseria la ignorancia y la enfermedad. En lugar de generar proyectos de salud hospitales medicamentos vamos a generar mayores índices de desnutrición deserción escolar empleabilidad.

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