Los abogados sabemos que su rol como Fiscal General es sumamente difícil y peligroso. Es más, cuando no se cuenta con un mayor número de agentes fiscales que le ayuden en la tarea de impulsar las acciones penales que le corresponden a la Fiscalía en un país que se cae en pedazos por la corrupción.
Pese a ello, usted ha sabido conducir la acción de la Fiscalía con mucha valentía, con mucha decisión y con mucha personalidad, sin amilanarse frente a las múltiples amenazas que usted y su familia ha recibido para impedirle cumplir con su trabajo; frente a la incomprensión de algunos ciudadanos que piensan que las sentencias y la recuperación del dinero atracado es cuestión de días y, frente también a planificados obstáculos de carácter legal que ciertos operadores de justicia presentan –relativamente pocos - para que se pueda burlar la acción de la justicia.
La ciudadanía ecuatoriana ha puesto en usted todas sus esperanzas para que el cáncer de la corrupción pueda ser extirpado de nuestra sociedad. Y si bien es cierto, esta es una tarea en la que las funciones del Estado, los organismos de control, y todos los ecuatorianos, tenemos la responsabilidad de actuar para que este gran propósito se cumpla, es la Fiscalía la que lleva la bandera de esta denodada lucha. Esa esperanza del pueblo ecuatoriano se traduce en un gran apoyo a usted, como no lo tiene ninguna autoridad de nuestro país en este momento; apoyo que se lo ha sabido ganar por su estatura moral, su honradez y la solvencia en sus actuaciones.
Seguramente va a recibir más amenazas, diatribas de toda naturaleza, acusaciones falsas para desacreditarla y muchos más agravios. Frente a eso, usted cuenta con un respaldo casi unánime del pueblo ecuatoriano para que no desmaye ni se rinda en esta, que quizás es la batalla más emblemática de la historia de nuestro país. La corrupción no se inauguró en Ecuador en el 2007; simplemente se agravó a límites inconcebibles como nunca antes se había dado ni lo hubiéramos imaginado. Cuenta con muchos tentáculos visibles e invisibles y su estructura delictiva está intacta.
Tenga la seguridad señora Fiscal General, que con su ejemplo, poco a poco los ecuatorianos nos iremos manifestando de muchas formas para hacer real y efectivo nuestro respaldo para usted. (O)