El domingo próximo los ecuatorianos elegiremos un nuevo presidente. ¿Cuál es el sello de estas elecciones? En estas, el Ecuador se juega el futuro de las próximas generaciones. La otra característica es que esta campaña se ha desarrollado en los medios digitales. Por ello podemos hablar de una democracia digital.
Son tres las candidaturas más mocionadas: Guillermo Lasso, Yaku Pérez y Andrés Aráuz. Entre ellos, los electores escogerán entre opciones que van entre principios del libre mercado y un modelo populista adornado con un discurso dicharachero socialista. Sin embargo, el gran electorado no votará analizando las proyecciones sociales, económicas o históricas, sino que dará su voto como si fuera un carromato de circo que arrastra una gran ruleta.
Lasso, de llegar al poder, tendrá que concebir un ajuste estructural con rostro “humano demasiado humano” que le permita conciliar sus ofertas de campaña con el estado de situación de la economía nacional. Objetivo central y supremo será crear en la mente del ciudadano, una visión de largo plazo, de un Ecuador próspero que apunta al empleo y al crecimiento económico.
Pérez batallaría en el manejo del Estado, entre el peso de una deuda externa enorme y su lucha conservacionista. Complejo le resultaría salir de la orfandad dejada por aquellos indígenas fugados al correísmo. Su reto será driblar las circunstancias y condiciones socioeconómicas dadas para empatar con su breviario ideológico. ¿Se impondrían la Realpolitik y el pragmatismo económico?
De ganar Aráuz, tendría que bregar y mediar entre las obligaciones con la banca internacional y las ofertas del socialismo del siglo 21. Sin capacidad de endeudamiento y con un abultado déficit fiscal, lo más probable es que los ecuatorianos acabemos cocinando con estufas de leña y para alumbrar, como antaño, encendiendo velas de cebo.
En los tres casos, el endeudamiento externo será la carta que se jugará con las cartas de la pobreza y del desempleo. Todos los candidatos tendrán las mismas cartas, así las barajen una y otra vez…
Esta vez será la democracia digital la que ordene. Una democracia que se ha inaugurado con una mayor participación en redes con discursos hueros y marquetineros falaces. La democracia digital si bien aumentada en la cantidad, mas no en una participación de calidad.
Esperemos que esta nueva democracia digital no termine metiéndonos ni un solo dígito…