Publicidad

Ecuador, 07 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Edmundo Vera Manzo

Se buscan personas éticas para la vida y la política

25 de junio de 2016

Hace falta urgentemente una revolución ética en Ecuador y el mundo que eleve  la condición humana, que se encuentra autorreprimida y presionada por factores negativos internos, como el miedo a las represalias de parte de los que tienen poder, las tentaciones a las oportunidades de apoderarse de bienes ajenos (privados o públicos) y el silencio cómplice frente a las acciones deshonestas de los demás.

La ética la consideramos como un compromiso con nosotros mismos, con nuestra conciencia. Ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos, expresamos y actuamos. La ética tiene que ver con la integralidad del ser, como un todo sin contradicciones. En cambio, la moral viene determinada por las costumbres y normas consideradas como buenas por una comunidad. A veces las normas se convierten en leyes injustas que favorecen a intereses  particulares y no al bien común y entran en conflicto con la conciencia ética. En un conflicto entre la ética y la moral se requiere de personas que se decidan por la ética, por su conciencia y sean responsables de sus actos.  La ética en la línea de Lao Tse y Aristóteles es una decisión interna, con la propia conciencia, sin preocuparse con lo que piensan o hacen los demás. Lao Tse dice “El sabio no enseña con palabras, sino  con actos”. Confucio, en cambio, plantea más un compromiso con la moral, con la sociedad: “No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”.  Frase repetida en diferentes formas por importantes pensadores. La ética conduce a una revolución profunda, a una liberación interior, verdadera. No podemos cambiar a otros si no comenzamos con nosotros mismos. No puedo pedir que otros hagan lo que no practico yo mismo. La moral tiene como referencia a la Constitución, las leyes y los reglamentos, la ética al ejemplo personal. Por eso es que la ética debe partir de ser excelentes personas, padres, hijos, hermanos, amigos, profesores, líderes y funcionarios públicos. En ese sentido, todos debemos convertirnos en buenos y excelentes maestros, en buenos y excelentes ejemplos.  Es válido lo que practicaba y enseñaba con su ejemplo Manuel Agustín Aguirre, quien expresó: “Los seres humanos y los maestros debemos convertirnos en un espejo en el cual puedan mirarse sus discípulos con orgullo, no solo cuando son adultos, sino cuando sean viejos”. La ética se la pierde cuando no hay correspondencia entre lo que pensamos, decimos y actuamos y, en consecuencia, dejamos de ser honrados, seres integrales.

De los mejores padres, con los mejores ejemplos, puede a veces resultar una oveja descarriada y no sabemos contestarnos por qué sucedió, dónde fallamos. Pero cuando padres, profesores y políticos no son buenos ejemplos, no son buenos espejos para mirarnos, la batalla está perdida desde antes. “El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida”, dijo Bertolt Brecht. Una revolución ética se da cuando los ejemplos, las vidas ejemplares son más, muchísimos más que los malos ejemplos. Los medios de comunicación deben tener la convicción ética y moral que la mayoría de las noticias deban ser sobre hechos y acontecimientos positivos, en caso contrario invitan a las acciones negativas, al pesimismo y la derrota.

No aceptes imposiciones culturales externas que te conviertan en un robot. “Solo lo que nace y se decide adentro es auténtico y te hace libre. Lo que haces como hábito y que no puedes dejar de hacer porque te domina, te hace dependiente, esclavo de lo que crees, porque te lo han programado. Solo lo que surge de dentro lo analizas, lo pasas por tu criterio y te decides a ponerlo en práctica asumiéndolo; es tuyo y te hace libre” (Anthony de Mello). No aceptes ni hagas cosas que no coincidan con tu conciencia. La ética nos enseña a no ser fotocopia de nadie, sino a trascender al servicio de la honradez, la verdad, la justicia, la vida y la política como servicio. (O)

Contenido externo patrocinado