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El Telégrafo

Salto Ángel

23 de octubre de 2011

Fitven 2011, la más importante feria de turismo de Venezuela que este año se realiza en la caribeña  isla Margarita, uno de los destinos más emblemáticos de este hermoso país, empieza a lo grande, con un viaje de prensa a Venetur Campamento Canaima, uno de los sitios más bellos del planeta, junto al inmenso delta del río Carrao, cuyas aguas parecen té debido al tanino, un químico natural que tintura sus aguas, y desde donde se contempla impresionantes y gigantescos saltos de agua como Ucaima, La Golondrina, Guadaima y El Hacha, tras de este último se puede caminar por casi cien metros igual que tras el salto El Sapo y sentir la energía de millones de metros cúbicos que pasan a centímetros de nuestro cuerpo contagiando energía ilimitada.

Pero si Canaima es espectacular, la magia abunda en la travesía a descubrir Salto Ángel, la caída de agua más alta del planeta.

Navegamos en canoa por el río Churum -que forma el salto- varias horas con el cielo -por suerte- encapotado, esquivando sus rápidos y bellas pero gigantescas piedras hasta que desembarcamos en una isla desde donde ya oímos el fragor del agua.

Caminamos por una selva con olor a lavanda y piso de arena rosada atravesado de miles de fuertes raíces que dificultan un poco el caminar, luego viene una larga cuesta de piedras lajas que ponen a prueba nuestra fortaleza física, con el sol aún oculto, lo que hizo menos copioso nuestro sudoroso caminar, cuando llegamos al mirador, como por arte de magia, la neblina se retiró y salió el sol regalándonos una magnífica visión de Kerepacupay Vena -en idioma pemon- o Salto Ángel, apenas descubierto en los treinta del siglo pasado.

Parado con las manos en alto, los ojos cerrados y absorbiendo el rocío en la piel, rendí el tributo que merecen los antiguos dioses. El instante se hizo eterno, pocos seres humanos tenemos este privilegio de llegar a ver, sentir y entrar en comunión con estas deidades naturales cuyo mensaje  contundente es amar la vida y vivirla en armonía con los elementos.

Escribo ya de retorno en el campamento contemplando  la laguna de Canaima, escuchando el feroz murmullo de sus cascadas, en un estado de suprema armonía con toda esta belleza que me rodea. Dentro de poco embarcaré hasta Puerto Ordaz, en el Estado de Bolívar, y de ahí tomaremos otro avión hasta el mar Caribe, a isla Margarita donde seremos parte de la Fitven 2011

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