El mundo comparte totalmente el valor pragmático de cambio para la ganancia, que se concreta mediante la forma de dinero. Este valor ha permeado el inconsciente colectivo mundial y guía totalmente las decisiones de los individuos. Los Estados son dimensiones operativas para cobrar tributo, emitir moneda nacional y autorizar el uso de monedas globales, tales como el dólar y el euro.
Aunque el mundo está unido por el giro del dinero global, se cree que existen dos partes distintas y opuestas: Oriente y Occidente. Según esta mirada geopolítica e ideológica, Occidente está conformado por América y Europa del oeste bajo el liderazgo de EE.UU.; y Oriente, por Europa del Este y más allá donde se encuentra Rusia, antes parte de la Unión Soviética, contra hegemón dentro de un periodo bipolar. En este espacio también se localizan China, India y el conjunto árabe.
Independientemente del mapa geopolítico que concibe al mundo en dos, las capas profundas de la historia revelan que Rusia comparte marcos de referencia históricos con la cultura occidental. La religiosidad profundamente nacional de Rusia, independientemente de su iglesia ortodoxa, es antropocéntrica y por lo tanto se fundamenta en la fe en un Dios único creador de los humanos como especie superior proyectada a su imagen y semejanza. Al igual que Europa central tuvo monarquía divinizada y luego asimiló los principios del liberalismo político democrático, legitimados en una constitución. Rusia vende más de lo que compra. Es el país más grande del mundo cuyos pies dependen del Mar Negro; tiene recursos naturales energéticos, producción agrícola, industria pesada, pero déficit en tecnología de chips, suministrados por China.
La singularidad de Rusia, dentro de la categoría de mundo occidental, además de su identidad cohesionada y alfabeto propio, sería la concepción de un Estado como especie de Ser mítico, una entidad más que operativa. Desde 1993, según su constitución, "el pueblo plurinacional" ruso afirmó su "carácter estatal y soberano" unido "a lo largo de su historia". La idea del Estado como especie de deidad también podría identificarse en el Imperio Romano y aún en la misma idea griega de la polis. Muchas de las respuestas de la totalidad occidental están en el círculo del antiguo Mediterráneo. Rusia es más que occidental. El oriente empieza en otro punto, donde los dioses son otros.