Una noticia que ha tenido muy poca atención en los medios es la incorporación de setenta personas cuya extracción corresponde a diversos orígenes: quichua, shuar, achuar, montubio. afroecuatoriano, como parte de la población del país. No faltarán especialmente de parte de las “momias cocteleras”, hoy desplazadas del manejo de nuestras relaciones exteriores, una serie de “peros” que en el fondo responden a una posición racista.
Conversaba con un amigo quien me describía la situación de la cancillería cubana al triunfo de la Revolución. Ante las primeras medidas del nuevo gobierno y frente a la tremenda presión norteamericana, unos por temor y otros por oponerse a la naciente concepción política, abandonaron su delegación, igual que médicos, odontólogos y otros profesionales. Frente a este hecho la nueva cancillería, presidida por el eminente Raúl Roa, llenó las vacantes con los jóvenes guerrilleros que en ciudad y campo se habían jugado la vida. Algunos apenas tenían instrucción secundaria.
La vida demostró que supieron responder al reto y la cancillería creó academias y escuelas en las que, poco a poco, los recién designados alcanzaron los niveles de conocimiento, necesario, superando con su actuación a quienes -con excepciones-, ejercieron en el pasado las mismas tareas.
Desde el inicio del gobierno de Rafael Correa se desarrollaron acciones para la real integración del país. Recuerdo la satisfacción por el nombramiento del gran poeta Antonio Preciado en el recién creado Ministerio de Cultura. Pero faltaba esta acción masiva de selección para cargos diplomáticos efectuada por el canciller Ricardo Patiño.
En este proceso de transición hacia una nueva sociedad, algunos me han dicho que personas que ocupan segundas y terceras secretarías, especialmente en algunos países de la ALBA, no tienen la calificación requerida y la “presencia”, por lo cual Ecuador carece de una representación adecuada, especialmente en el área cultural, que es básica en esta hora de recuperación de nuestros valores. La cancillería seguramente está haciendo los ajustes necesarios para acompañar la gestión de los recién nombrados, con la presencia de intelectuales destacados, como en su momento lo hizo Alfaro.
Por fin estará integrado el rostro de la patria con los aportes de siglos de tantas vertientes raciales. Presentaremos al mundo lo que somos: nuestros rasgos mestizos, indígenas, afroecuatorianos o montubios, de los que estamos orgullosos.