¿Se han puesto a pensar que no existe término más arbitrario, subjetivo, tiránico y tramoyista que la palabra “ética”? Todos exigen que los gobernantes sean éticos, que los ciudadanos sean éticos, que los abogados sean éticos, que los periodistas sean éticos. Pero, ¿qué es la ética?
La ética es un concepto personal, es el cúmulo de valores propios, discordantes con los valores privados del vecino, a los que queremos suprimir con la fuerza de nuestra propia ética. Entiendan, no existe un concepto universal de ética. Lo que es ético para usted no es ético para mí. Lo que es ético para mí, no tiene porqué ser ético para usted.
El ciudadano que pide a los jueces que sean éticos suele ser también el que exige a sus hijos que sean éticos en la escuela al mismo tiempo que solicita la ética del silencio a su amante. La que dice que los periodistas no son éticos suele ser la que mancilla la honra ajena en redes sociales y reza los domingos.
Entonces me dirá: “es que no todos somos doble cara”; entonces déjeme continuar. Es que ética no es no besarse en los pasillos, no contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, no abortar, no desear a la mujer del prójimo. Eso no es ética, esa es su opinión. ¿Cómo así lo que para usted es pecado debe serlo para mí? Porque a usted le resulta poco ético que una joven pareja viva en pecado, ¿todos debemos casarnos?
Para hablar de ética necesito que me presten todas las páginas de este diario, porque éticas hay en igual medida que hay seres humanos. Cuando usted recrimina a otro por no ser ético, no le recrimina por desviarse de un concepto universal, sino por no adherirse a un sistema de valores ajeno.
¿Usar burka es poco ético? ¿Defender a un presunto homicida es poco ético? ¿No ser católico es poco ético? ¿Tener amante es poco ético? ¿Abortar es poco ético? ¿Bautizar a un bebé es poco ético? ¿Ser banquero es poco ético? No señores y señoras, no. Lo único poco ético en esta vida es su instinto tiránico y su necesidad enfermiza por imponer su ética personal al resto de la humanidad.
Antes de hablar de ética, asegúrese que su sistema de valores no tenga fisuras o contradicciones. Y si es de los afortunados impolutos de la patria, hágame el favor de no resquebrajar su grandeza en intentar imponer su sistema de valores a quienes creen que usted no es ético. ¿Y la moral? Esa, esa es la más arbitraria y degenerada de las dictaduras.
¿Quiere más? La próxima semana continuará. (O)