Quien pensaba que el encriptamiento de Telegram impediría filtrar chats, se equivocó. Y quien ahora lo sabe más que nadie es Ricardo Rosselló Nevárez, el gobernador de Puerto Rico, a quien el Centro de Periodismo Investigativo le publicó conversaciones homofóbicas, misóginas y clasistas con su gabinete.
El emblemático cantante portorriqueño Ricky Martin, lideró en redes sociales la convocatoria ciudadana. Durante 13 días la movilización en las calles del viejo San Juan no paró.
Ricardo Rosselló ha gobernado la isla desde 2017. Desnudó en esa red social lo que en otras redes sociales populares es común: la calidad de seres humanos que podemos ser para expresar nuestros sentimientos más bajos; apegos y desapegos; empatías o antipatías; el respeto, la intolerancia y el odio.
Y esto puede ser un mensaje claro para lo que, en ese supuesto ámbito privado, lo políticamente correcto deba decirse y expresarse, sobre todo cuando se es una figura pública. Y lo que no deba expresarse sea lo que cada vez más autoridades y figuras públicas callen. Callen porque generalmente la clase política no está formada para actuar con empatía para muchos temas sensibles que van ganando espacio hoy en día.
Un político debe combatir públicamente temas como la corrupción; debe discordar públicamente contra las causas de la pobreza; la falta de educación o medicinas en entidades estatales; o los errores en las acciones preventivas ante catástrofes, como fue el caso de Puerto Rico. Pero deben pensar seriamente evitar proferir comentarios basados en su visión moralista sobre temas de sexualidad, género, religión u otros cuya formación les limite debido a sus prejuicios, o ya no hacerlo.
Pagarán las consecuencias de lo que a Rosselló le pasó al burlarse de los damnificados de los huracanes Irma y María; de mujeres y homosexuales, porque eso es hoy en día definitivamente incorrecto. Y quien se enfrentó principalmente en las calles del viejo San Juan arreando la bandera LGBT fue Ricky Martin, junto a millones de puertorriqueños ofendidos que consiguieron la renuncia del gobernador. (O)