Los cambios radicales que se están dando en la universidad ecuatoriana, orientados por el presidente Rafael Correa Delgado, son los más importantes en los últimos 150 años y constituyen una verdadera revolución para enfrentar los desafíos de la primera parte del siglo XXI. Lo realizado y lo que se anuncia sacude a la burocracia, la rutina y la pereza intelectual.
El intento anterior de cambio más destacado en la universidad ecuatoriana lo emprendió Gabriel García Moreno, cuando pretendió introducir el espíritu investigativo de la universidad alemana liderada por Guillermo Humboldt contra la concepción de la universidad napoleónica, de formar profesionales y burócratas para el Estado. La muerte de García Moreno constituyó la consolidación de la universidad feudal y burocrática.
La Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina, iniciada en 1918, que se extendió por toda Latinoamérica y el Caribe, fue principalmente una lucha contra la universidad de inspiración colonial y feudal que se prolongaba en el siglo XX.
Se luchaba por la libertad de cátedra y la autonomía para desarrollar la educación superior contra los intentos de los gobiernos por someterla a los intereses oligárquicos y antinacionales.
Lamentablemente, la autonomía universitaria en el caso ecuatoriano, en gran parte, no ha estado al servicio de la investigación y la innovación científica nacional y se convirtió en muchas universidades nacionales y particulares, en feudos de partidos, familias y grupos para llenar puestos e incluso beneficiarse en lo económico en el ejercicio de la administración universitaria.
La investigación universitaria para enfrentar los grandes problemas nacionales ha sido y es la cenicienta en el Ecuador, América Latina y el Caribe y en todos los países dependientes, semicoloniales y coloniales.
No puede desarrollarse ningún país si en sus profesores, estudiantes y profesionales de nivel superior no prevalece, sobre otros valores, el espíritu investigativo.
En el primer mundo, los profesores que quieren mejorar sus sueldos deben investigar y publicar sus esfuerzos en reconocidas revistas de nivel mundial. Si no investigan no son cancelados de su trabajo sino que completan sus horarios de clases y pasan gran parte de su vida académica sin mejorar sus sueldos.
De todos los retos del presidente Correa en la Universidad ecuatoriana el mayor es el que la investigación prevalezca sobre la docencia y la extensión, en caso contrario, seguirá reinando la repetición de conocimientos y la mediocridad.