Los 15 de agosto son impresionantes en la vida de Fernando Armindo Lugo Méndez. El 15 de agosto de 1977 fue ordenado sacerdote de los Misioneros del Verbo Divino, el 15 de agosto de 2008 asumió la Presidencia de la República; y si duraba en ese cargo 54 días más, hubiese sido el 15 de agosto de 2012 la fecha de su destitución del cargo de Presidente.
Luego de obtener título de Magíster en Sociología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, fue enviado a Ecuador. Trabajó en la provincia de Bolívar, y parece que su dedicación a los pobres desde esa época fue puliendo las condiciones subjetivas para aspirar al más alto cargo público y propiciar una sociedad más justa y solidaria.
Pero elegido mandatario, demostró carecer de entereza. Fue muy indeciso en cumplir sus ofertas de campaña. Y la mala relación con la jerarquía eclesiástica se puso peor a partir de abril de 2009, cuando reconoció a un hijo suyo.
Lo más sórdido e infame que pudo hacer Lugo fue pedir la colaboración del partido político que las masas esperaban verlo desaparecer y coquetear con las élites renuentes a perder sus privilegios.
La Liga Nacional de Carperos lideró la toma de propiedades “mal habidas” de Blas Riquelme, un ex senador del Partido Colorado. Y la imprudencia de enviar 200 policías portando armas con balas de verdad para que los desalojen fue aprovechada por las fuerzas desestabilizadoras, que abrieron fuego y mataron a un policía. Los resultados del enfrentamiento fueron 21 paraguayos muertos inútilmente y la improcedente disposición que destituía a Lugo.
“Yo no soy Allende, me voy a mi casa”, fue la respuesta que Fernando Lugo dio a dirigentes campesinos amigos suyos, cuando le preguntaron si acataría la destitución dispuesta por el Senado. Y quien se expresa así, ni de lejos puede ser considerado estadista. Ignora que el pueblo respeta a quien lo respeta, defiende a quien lo defiende, y se identifica con quien se identifica con él.
Los causantes de la apocada caída de Lugo no fueron los técnicos en golpes de stado aparentemente constitucionales, ni la Conferencia Episcopal Paraguaya, ni el Partido Colorado. Fue él mismo. Y ha hecho mucho daño a la integración regional.
¿Qué le pasó por la cabeza al momento de aliarse con quienes robaron casi el 20% del territorio paraguayo durante la dictadura de Alfredo Stroessner? ¿Cómo pudo ofrecer el Ministerio de Gobierno al Partido Colorado, en detrimento de su alianza con el Partido Liberal? ¿Por qué se oponía al ingreso de Venezuela al Mercosur?
El gobierno de la Revolución Ciudadana ha sentado otro precedente. Consiguió que Unasur resolviera, en la cumbre extraordinaria celebrada en Argentina el pasado viernes, suspender temporalmente a Paraguay de este organismo regional hasta la celebración de nuevas elecciones.
En adelante, ningún presidente golpista será tratado como igual por los presidentes elegidos democráticamente en elecciones libres.