Por un lado, las noticias de aumento de contagios y sus consecuencias letales, así como sus proyecciones para el mes de diciembre, son sumamente alarmantes. Por otro, las de la proximidad de contar con las vacunas neutralizantes del virus son esperanzadoras.
Sin embargo, lo preocupante es que, lamentablemente pese a las medidas de prevención tomadas por todas las autoridades nacionales, provinciales y cantonales, en orden a que estas se acaten, no existe en general una respuesta satisfactoria de la población ecuatoriana. Parecería que a mucha gente ya ni la cercanía de la muerte le preocupa y le da lo mismo infectarse y morirse o de cualquier forma seguir sobreviviendo. Hay un sentido generalizado de irresponsabilidad social que asusta.
A veces pienso que esta actitud es como una respuesta de rebeldía trágica frente a lo que viene sucediendo en el mundo porque dicho comportamiento no sólo es de la gente de nuestro país.
Me parece que, con todos los errores que se puedan percibir - que para mí son ínfimos - las autoridades nacionales y cantonales han respondido bien frente a este desafío y a la gravedad de la pandemia.
Creo que pese al distanciamiento social, uso de mascarillas y prohibiciones de festividades y actos de aglomeración de cualquier tipo que se puedan realizar, en diciembre, hay algo que debe tomarse en cuenta: se debe proveer de kits de alimentos y de bonos económicos en ese mes a las familias que no tienen recursos económicos para poder subsistir. Si esto no se atiende, va a darse un aumento exponencial de contagios, un nuevo colapso de servicios sanitarios y de fallecimientos.
Tengo casi la seguridad de que la gente que debe sobrevivir en el día a día, va a lanzarse a las calles a vender algo para poder comer. Y esto, no se va a poder parar ni con ofrecimientos que no se cumplan, ni con sugerencias de encerramiento ni con actos de fuerza. Comprendo la situación económica que vive el erario nacional, pero de cualquier forma hay que hacerlo porque esta es una verdadera prioridad.
Queda en pie esta preocupación. Las autoridades públicas y los directivos del sector privado deben analizar inmediatamente esta situación de alto riesgo para adoptar las medidas que permitan dar soluciones para antes del inicio del próximo mes, a fin de que éstas puedan difundirse. No hay tiempo que perder.