El martes de la semana pasada la represa Daule-Peripa (DP), la obra de infraestructura de propósitos múltiples más importante construida por el Estado en el siglo pasado para el aprovechamiento de los recursos naturales para el desarrollo, cumplió 25 años en servicio con sus objetivos parcialmente realizados.
Ubicada 10 kilómetros aguas abajo de la confluencia de los Ríos Daule con el Peripa, en la Cuenca del Guayas, forma un lago con un espejo de aproximadamente 250 km2 (el mayor del país), almacenando alrededor de 6.000 Hm3 de agua, que tienen entre sus propósitos el riego de 50.000 hectáreas.
La represa DP representa el paradigma del desarrollo mediante la construcción de grades obras civiles de la década del 70, como es la represa Hoover, construida en los Estados Unidos durante época de la depresión (1931-1936), con una capacidad de 35.200 Hm3 que forman un lago de 640 km2.
Las bondades de la represa DP, del Proyecto de Propósito Múltiple “Jaime Roldos Aguilera”, se manifestaron desde su inicio. Entre estos beneficios tenemos la de asegurar el aprovisionamiento de agua para la ciudad de Guayaquil, la más populosa del Ecuador. Antes de construida la represa, todos los años durante el estiaje (verano) cuando el caudal del río Daule, disminuía bajo los 10m3/seg, el agua se volvía escasa y bebíamos agua salada. Este problema ha sido superado y con los trasvases inclusive las limitaciones hídricas en parte de Santa Elena y Manabí.
Los excesos de caudales durante las inundaciones que amagaba el valle del río Daule, causando desastres y pérdidas económicas, también han sido controlados por el efecto regulador de la represa, no obstante las deficiencias existentes en la administración de la operación y mantenimiento de los sistemas de riego y drenaje a lo que se suma la fragilidad de las organizaciones campesinas y aptitudes caudillistas negativas de algunos de sus dirigentes que obstaculizan la administración de los sistemas de riego sin propiciar la debida participación colectiva y fiscalización estatal, las consecuencias han sido no alcanzar las 50.000 hectáreas potenciales de riego y se informa que hasta el año 2000 habían 13.269 hectáreas en la margen derecha del Daule y efectivamente regadas 9.200.
A la fecha no observamos síntomas de superación del problema y carecemos de inventario actualizado indispensable para evaluar la eficiencia de la administración del agua.