El libro Reinventar el Gobierno de David Osborne &Ted Glaeber que apareció en 1992, en el cual aborda críticamente la forma en que operan los gobiernos, sugirió en ese tiempo una verdadera revolución administrativa en el sector público que consideró que el principal fracaso de los gobiernos tendría que ver con los medios utilizados y no con los objetivos. Varias de las administraciones públicas del mundo trabajamos con ese enfoque de mejora continua de los procesos.
Con la pandemia se colocó a las transformaciones lineales que se encontraban planificadas en los gobiernos como invalidas; porque ahora no solamente requerimos modificar los gobiernos sino transformar el Estado junto con la sociedad. Estamos en un momento de disrupción de la realidad. Una realidad en donde los gobiernos perdieron el control de elementos que sustentaba su poder natural e histórico. Así la tecnología, por colocar uno de ellos, no es de propiedad de ningún gobierno y precisamente la tecnología está cambiando a las sociedades y sus relaciones con el gobierno.
Se ha situado justamente en esta semana en la reunión anual del Grupo Latinoamericano de Administración Pública -LAGPA- en donde están los mayores expertos en administración pública del continente, que la nueva realidad obliga a que los gobiernos tienen que ir la casa de los ciudadanos para brindar el servicio y garantizar sus derechos. Que también hay una nueva geografía o espacio en lo político, que hay serias dudas que los discursos tradicionales continúen, pues se observa que ya no garantizan la gobernanza de los Estados, que la democracia representativa también hace agua. Se constata que al final del camino la construcción de la verdad tiene una complejidad mayor a la de hace pocos meses.
Llegamos pues a una realidad disruptiva en todos los campos de la vida humana, requerimos de una América Latina que tenga salidas a estos desafíos inminentes y que una posible salida, hoy más que nunca, es la unión a través de una verdadera integración digital, en donde tengamos en nuestro continente una comunicación con una socialización de los servicios de tecnología que sea verdaderamente rápida, transparente y eficiente, para que nos ayude a trabajar en beneficio de todos ante esta nueva realidad que nos ha cambiado para siempre. Se debe reinventar al Estado.