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El Telégrafo
Sybel Martínez

Referéndum moral

13 de septiembre de 2019

En Ecuador, de cada 10 víctimas de violación, 7 corresponden a niñas, niños y adolescentes. 80% de casos de violencia sexual en su contra son cometidos por familiares, en 14% de los casos de manera periódica. 9 de cada 10 niñas menores de 14 años tuvieron su primera relación sexual con personas mayores a ellas. 8 de cada 100 se embarazaron de hombres de 30 años o más.

Cada semana, 40 niñas menores de 14 años paren víctimas de violación, 60 adolescentes corren la misma suerte (Unicef, 2019).
Las niñas son las grandes ausentes del diálogo en el país, incluso ahora que la Asamblea Nacional está debatiendo las reformas al Código Orgánico Integral Penal, entre ellas, la despenalización del aborto por violación, no hemos podido amplificar sus voces.

Para muchas y muchos ciudadanos, la causal del aborto por violación es, amarga e indiscutiblemente, una causal de las niñas. Porque por espantosos e inenarrables que sean una violación y un embarazo forzoso en la adultez, el desamparo, la indefensión y la precariedad son incomparables cuando se producen en la niñez.

Su no discernimiento, no consentimiento y los años que puede tomar darse cuenta de que lo experimentado fue un crimen, hace que el término “a merced de” tome una dimensión sobrecogedora que se transforma en tormento, cuando a esas edades y fragilidades se les impone, además, la obligación de parir de su violador.

¡Sí, tortura, tormento, daños perdurables! Las violaciones de niñas y sus remembranzas traumáticas de uno o muchos asaltos, son suficientemente destructivas como para imponerles embarazos y maternidades forzadas.

Reformar el artículo 150 del Código Orgánico Integral Penal tiene que ver con que si vamos, como país, a dejar de criminalizar y culpabilizar a niñas y mujeres que interrumpen sus embarazos debido a violación, incesto, inseminación no consentida o malformaciones graves.

No se trata de llamar a un referéndum moral, se trata de decidir si vamos a seguir entorpeciendo o denegando procesos de auxilio y reparación a niñas y mujeres en situaciones de extremo sufrimiento. (O)

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