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El Telégrafo

Radicalizar la revolución educativa

21 de mayo de 2011

Uno de los más importantes mensajes de la consulta  del 7 de mayo de 2011 es el de radicalizar y acelerar la revolución ciudadana en todas las áreas, y no la rendición y  conciliación con quienes han explotado, oprimido y traicionado al pueblo ecuatoriano en toda la historia. El triunfo de la revolución ciudadana liderada por Rafael Correa es un duro golpe contra los feudos egocéntricos: partidos sectarios,  indígenas aislacionistas,  conflictos de intereses,  competencia desleal,  grupos mezquinos, empleados burocratizados, traidores y renegados.

Un área de fundamental importancia para profundizar y radicalizar la revolución es  la educación, que por encima de los incuestionables logros cuantitativos y legales alcanzados, como la aprobación de la Ley de Educación, debe pasar a cambios pedagógicos cualitativos que, de no  efectuarse, no permitirán llegar a  la excelencia educativa y el aprovechamiento de las capacidades y talentos de toda la población. Las medidas urgentes, entre otras, son las siguientes:

1) Implantar un sistema de promoción escolar incluyente, que reconozca las competencias y talentos de los estudiantes, y no como ahora, que se fija solamente en lo que reprobó, sin tomar en cuenta las asignaturas que aprobó, con grandes perjuicios: emocionales para los alumnos y económicos para la familia y el Estado.

2) La creación de la supervisión especializada en las asignaturas, sin ello la educación ecuatoriana no alcanzará la excelencia, seguirá siendo la tierra de nadie, por falta de seguimiento especializado de los contenidos de las materias.

3) Introducir el pensamiento complejo y complementario en la educación, y superar el pensamiento “tuerto” según Edgar Morin, con visiones unilaterales, fragmentarias, absolutistas,  que nos hace creer a cada quien el ser dueño absoluto de la verdad.

4) Capacitar a toda la población y convertirnos en una sociedad de conocimiento y aprendizaje, para sustituir las importaciones con valor agregado. Para el efecto, debe utilizarse toda la infraestructura productiva y educativa, pública y privada, a través de convenios. Si no elevamos la capacidad productiva de la población, seguiremos dependientes del exterior.

5) Descolonizar la cultura y la educación, para rectificar  costumbres destructoras, malos hábitos, sentimientos de inferioridad, creencias degradantes, estrategias perdedoras, conductas adictivas y ratificar hábitos y actitudes positivos  que den un sentido hacia el buen vivir.

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