Existen múltiples retos en el Ecuador, en todos los aspectos, que se deben acelerar y radicalizar. A pesar del esfuerzo extraordinario que realiza el Gobierno de la Revolución Ciudadana, todavía son muy precarias las condiciones materiales de existencia del pueblo ecuatoriano, causadas por cientos años de una despiadada explotación colonial y neocolonial extranjera y de los explotadores nacionales. Sin embargo, creo que se debe radicalizar el proceso, ratificado múltiples veces por el pueblo, frente a los límites oportunistas, tecnocráticos, desarrollistas, burocráticos y de los contrarrevolucionarios infiltrados.
La Revolución Ciudadana se encuentra en un punto de inflexión, en el que no puede seguir al mismo ritmo acelerado y menos dar un paso atrás -que sería una claudicación con el nombre de reconciliación-, el cambio de época exige mayor aceleración y radicalización. Requiere un replanteamiento en las alianzas estratégicas para producir un fortalecimiento con las bases sociales más explotadas en nuestra historia y avanzar contra las trabas y resistencias de las fuerzas que representan el pasado. Se requiere cambiar la mentalidad burocratizada, fortalecer la propiedad social de la tierra, la ciudad agraria, el que toda la población tenga un oficio y su actualización permanente, una educación inclusiva, salud y seguridad social para todos. Resolver los factores psicológicos y educativos de la inseguridad. Tener una excelente educación y capacitación de toda la población. La construcción del socialismo del Buen Vivir, partiendo de nuestros valores ancestrales y complementarlos con los aportes de otros pueblos y países. Implementar la interculturalidad en toda la población ecuatoriana y en las relaciones con todos los pueblos y países del planeta, respetando los derechos de la naturaleza.
Lo que se ha avanzado ha dependido en gran parte de Rafael Correa. Hace falta fortalecer la estructura organizativa del movimiento y de Alianza PAIS, que sostenga el proceso y la participación ciudadana. Hay que cambiar las costumbres que alienan y deforman al pueblo ecuatoriano que se encuentran enraizadas, otras deben ser conservadas y hay que criticar las negativas provenientes del extranjero que atentan a nuestras identidades.
Debe profundizarse el debate en toda la sociedad para el perfeccionamiento continuo y depurar los factores y elementos que quieren paralizar y desviar el proceso revolucionario ecuatoriano.