Esta semana conocimos la lamentable noticia de un agente metropolitano asesinado mientras cumplía su labor, y con ello tomamos conciencia de una penosa realidad: Quito, se encuentra tomada por las mafias y algunos sectores tugurizados.
La pandemia, la desocupación y la falta de respuesta municipal sobre comercio, control y reactivación económica son la causa. Esta situación nos obliga a repensar esquemas de seguridad ciudadana, competencias y un necesario cambio en el modelo de ciudad, eso incluye una transformación de las instituciones, siendo la capital una metrópoli, en donde conviven ecuatorianos de todo el país, migrantes, negocios locales, un enorme aparato burocrático y altas cifras de desempleo e informalidad.
La Agencia de Coordinación Distrital de Comercio, es una entidad autónoma, que tiene a su cargo el sistema de comercialización de Quito. Esta entidad requiere una drástica intervención pues su estructura no sirve; ya que permite un sistema de explotación de
ciertas dirigencias a los propios comerciantes, formales e informales; no tiene norma para sancionar lo que convierte a predios municipales en tierra de nadie.
Las mafias y quienes se sostienen en ellas, condicionan autoridades, amenazan con movilizaciones y tienen como aliados a malos funcionarios, conocidos, intocados y que pululan en dependencias metropolitanas.
Tener una política de comercialización es urgente para diferenciar a los verdaderos comerciantes de los delincuentes; requiere reformar las ordenanzas 257 y 280; pero sobretodo la decisión del Alcalde de Quito para romper con las mafias.
La seguridad ciudadana debe ser abordada integralmente e instituir un modelo de convivencia democrática y prevención, que modifique el rol de la Policía Metropolitana, y coordine con Policía Nacional la desarticulación de bandas. El espacio público es otra
de las tareas pendientes, nos urge construir un Quito diferente. (O)