Ha sido una demente propuesta que ha merodeado en mi cabeza por años... pero, ¿es de verdad demente o podría ser el cambio útil y necesario para elegir al mejor y no solo a los disponibles repetidos?
El hecho de que solo sean tres o cuatro personas las que decidan el futuro de los deportes, que tiene más de 4.000 practicantes es algo ilógico, ancestral y poco técnico.
Realidad que se vive y aplica en muchas Federaciones Deportivas Nacionales, las cuales con solo tres, cuatro o cinco asociaciones sentencian el destino y la manipulación de los hilos que construirán o destruirán el desarrollo del deporte ecuatoriano.
Exhausto y completamente al tope debe estar ya el baúl de quejas y reclamos en múltiples deportes, dirigentes que al parecer firmaron contratos vitalicios en sus federaciones, disciplinas que no han logrado ningún tipo de evolución técnica y diferencias entre federaciones provinciales y nacionales al por mayor.
Es verdad que puede darse el caso de que exista un directivo con notable éxito y permanencia en su institución, alguien que haya demostrado resultados acompañados de permanencia consistente, pero de ser lo contrario, esa longevidad en el cargo se vuelve por momentos precaria e innecesaria.
Lo más sencillo es someterlo a aceptación popular, de todos los que practican el deporte y no solo de 3 miembros de su mismo directorio. No veo que problema habría en designar un verdadero universo de votantes, que con conocimiento en interés de la causa puedan ser los que verdaderamente elijan al mejor representante de una Federación Deportiva Nacional.
Por ejemplo: ¿Por qué razón no podría Bonifacio Morán ser un voto para la designación del presidente de la Federación Ecuatoriana de Béisbol o Andrés Fernández ser un votante para elegir las dignidades del surf?, ¿me van a decir que Engels Tenorio o Jorge “Chato” Mejía no tendrían excelentes razones para saber por quien votar para presidente de la Federación Ecuatoriana de Básquet? o alguien se atreve a cometer el sacrilegio de negar que Andrés Gómez o Nicolás Lapentti no posean el criterio para designar al presidente del tenis ecuatoriano.
Jugadores activos, ex presidentes, ex medievalistas de ese deporte, ex campeones de esa disciplina, dirigentes; la integridad y cantidad de ese grupo de votantes, deberá ir acompañada de una proporción de la cantidad de deportistas que lo practican en el país.
Inevitable sería llegar a este escenario y no preguntarnos: ¿Y quién designaría a esos votantes? La trinca y la política mal manejada infectaría el ambiente.
O también podríamos llegar a una sabia conclusión de la legendaria Mafalda, cuando ella proponía que debía existir una escuela para presidentes... y ¿quiénes serían los profesores?, reflexionaba el personaje de Quino.
Es tiempo de evolucionar, cambiar muchas leyes y procedimientos de la época del blanco y negro. El deporte y sus verdaderos actores, así lo exigen.