A las 4 de la mañana del 7 de octubre fue liberado de la cárcel de Marianna, en Florida, el antiterrorista cubano René González Sehwerert, después de 13 años de injusta prisión, compartida con Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González. Los medios de comunicación, tan pródigos en magnificar cualquier noticia sobre la isla, en escueto comunicado informaron que un “espía” cubano había salido en libertad condicional.
A partir del triunfo de la Revolución en 1959 se inició un acoso sistemático contra el gobierno presidido por el comandante Fidel Castro. En la historia de la infamia están escritas agresiones que alcanzaron la gravedad de una invasión armada y la voladura de un avión civil en pleno vuelo el 6 de octubre de 1976, frente a Barbados, con el saldo de 73 muertos. Según trágica contabilidad, 3.478 víctimas fatales han causado las acciones hostiles provocadas por los círculos más reaccionarios del exilio cubano, entre ellos por el siniestro Luis Posada Carriles, que goza de total impunidad, pese a la carga de crímenes que cometió.
En medio de la espesa cortina de silencio alrededor de la situación de los cinco cubanos, el mundo va enterándose con horror del trato cruel y las injustas sentencias que se les han impuesto. Apresados en 1998 por haber infiltrado a grupos terroristas que operaban contra Cuba, han sido objeto de toda clase de vejaciones y maltratos. A más de las injustas condenas, se los ha privado de las visitas de sus familiares más cercanos y aun de sus abogados, que no podían acceder a la documentación judicial incriminatoria. Durante estos años se ha procedido con extrema crueldad en la concesión de visas que permitieran a sus hijos, esposas y padres visitarlos en las prisiones localizadas en apartados confines de Estados Unidos, cuyas leyes no fueron observadas en el sesgado proceso que los condenó.
La “libertad condicional” otorgada a René González implica que durante tres años más no podrá volver a su país, ver a su madre y a su esposa -que fue expulsada de EE.UU.-, lo que, además, lo expone a sufrir la venganza de los grupos cuya nefasta acción impidió. Es preciso que todos los que defendemos la libertad y la justicia, exijamos que en forma inmediata se le permita volver a su patria, igual que a sus heroicos compañeros. Obama tiene la oportunidad de revalidar su premio concediendo un indulto a quienes solo son culpables de amar a su país más que a sus vidas.