Resulta maravilloso planificar el futuro del turismo como una de las actividades más nobles y limpias que existen en país. Tenemos al mejor hombre (el señor Freddy Ehlers) como ministro, para expandir la marca Ecuador, con su eslogan “Ecuador ama la vida”, para lo cual ya contamos con el diseño de origen ancestral en forma de círculos con difuminación de colores. Tenemos la oportunidad histórica de generar prosperidad y riqueza para la sociedad, sin contaminar el ambiente y el ecosistema. Esta fórmula del éxito se fortalece con el conocimiento real que posee nuestro Presidente, que ha caminado casi toda la patria, en su afán de conocer sus necesidades, controlar la gestión de sus funcionarios, difundir los postulados de la revolución ciudadana y la rendición de cuentas semanales.
Tenemos la mejor dupla para construir las políticas públicas, para desarrollar esta actividad.
Solo con el ánimo de contribuir, mencionaremos algunas gestiones que se deben implementar urgentemente:
1) Buscar la sinergia entre entidades como la Corpei, que debe reorientar su misión y visión; también al turismo, junto al Ministerio y todos sus agentes (hoteles, operadores y proveedores de servicios), que deben estar agremiados en la Cámara de Turismo, teniendo en las embajadas, consulados y agregados de negocios a los agentes comerciales para generar el tráfico a Ecuador.
2) Acelerar el mejoramiento vial y aeroportuario, que está en marcha.
3) Controlar la inseguridad ciudadana y reforma de la justicia, que cuenta con la aprobación del Sí en la consulta popular.
4) Diseñar los planes de negocios, partiendo del inventario de recursos turísticos y orientarlos a los segmentos y nichos de mercado específicos, por cada provincia, 24 en total.
5) Internacionalizar mundialmente nuestra gastronomía, para que sean reconocidos al menos 5 platos por provincia en total, 120 incluyendo caldos, sopas, cremas, platos fuertes, pasabocas, postres, jugos, helados, etc.
6) Tenemos íconos que brillan con luz propia, como lo son: la optimización de las 14 islas y 17 islotes, el reto está en encontrarles el adecuado uso; el bosque petrificado Puyango, las cuevas de los Tayos, el balneario de Playas. Además, el Valle de Vilcabamba y Pallatanga, que deberíamos convertir en las nuevas ciudades para descanso y vida sana de los jubilados del mundo.