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El Telégrafo
Duglas Rangel Donoso

¿Qué más hay?

22 de septiembre de 2020

Qué es la ineptitud humana? O todos debemos servir para todo y estar aptos para todo.La ineptitud es la falta de preparación o simplemente: no saber hacerlo y no querer ni aprender a hacerlo. Acepto que ante algunas o muchas cosas soy inhábil o inepto. ¿Puedo aceptar eso? Es tanta la presión de estar apto para cualquier cosa, sea cual fuere. Siempre tengo que ser fuerte, preparado para lo que sea, ser capaz, no basta ser apto, hay que ser súper apto. Ser un resolvedor de problemas. No es de hombres llorar o mostrar debilidad. Ser débil es una terrible afrenta en la exigente vida moderna. Los padres hacemos inmensos sacrificios para asegurar una vida saludable y exitosa a nuestros hijos. Nos sacrificamos tanto por ellos. No tenemos descanso para darles lo mejor: lo mejor de la sociedad. Casi siempre a precios elevados y ostentosos A veces darles lo mejor no es posible. Entonces nos convertimos en culpables de la falta de éxito de nuestros hijos.


Todos debemos y tenemos modelos de vida, son aquellos súper seres o súper personas que admiramos y queremos imitar en sus esfuerzos. Éstos o nunca se caen y cuando caen se levantan inmediatamente. No aceptamos la derrota. Pero la persona humana se cae, pierde; se pierde, es derrotada, se queda sin empleo, pierde hijos, matrimonios, amigos: esa es nuestra normalidad y desde luego, se levanta: a veces se levanta y a veces ya no quiere luchar más. Lo cual es un verdadero lío porque ahí, en esa situación es considerado perdedor. ¡Qué palabreja tal fea e injusta!


Pero estamos obsesionados con el éxito, tan consumidos en ser exitosos y vivir exitosos que simplemente la vida se va en luchar y luchar y cada vez luchar más. Es exhausto. Es agotador. No hay quien pare esto. Quizás seamos la generación humana más exhausta y cansada de la historia. Si esto no fuera lo peor: lo peor es que estamos obligados a ser bellos. Sí; guapos, bellos, jóvenes. Las mujeres con senos prominentes y los hombres tigres sexuales.
Para los griegos Eros y Tánatos eran hermanos gemelos del deseo y la muerte. El deseo no tiene límites. Lo queremos todo. ¡Qué paranoia! No hay límites sobre lo que vemos y queremos. Como en ningún otro tiempo el hombre moderno no tiene reposo ni fin en su incesante actividad.


Estoy cansado. Tengo sueño. Quiero algo sencillo y frutal. No quiero rogar a ningún Dios ni demonio. Sólo hacer el bien. Sin ponerme membrete ni rótulo. ¿Dónde está mi felicidad? Tengo un título universitario, muy pronto termino mi maestría, trabajo, escribo, tengo cuánta bancaria, asisto donde mis amigos Hare krishna, soy devoto de la virgen de los clavos de Cristo y me llevo bien con mi mujer. Amo a mis hijos. ¿Qué más hay! Ahhh ya sé. Pagar el agua, la luz, el Internet, el comisariato, las tarjetas. ¿Qué más hay?

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