Conocida como “vaginitis", es una inflamación de los tejidos vaginales causada por microorganismos. No existen diferencias significativas en cuanto a edad, aunque la mayor incidencia se encuentra en mujeres jóvenes y activas sexualmente. Todas las razas y etnias pueden presentarla, se ha encontrado hasta en un 16% en mujeres de habla hispana. En el mundo, el 10 a 25% de las infecciones vaginales son causadas por tricomoniasis.
Los tipos más comunes de infecciones vaginales son:
• La infección bacteriana es la más común. Se distingue por una secreción blanca o gris con mal olor u olor a pescado. El olor puede empeorar durante la menstruación o después de tener relaciones sexuales. La secreción puede ser leve o abundante.
• La infección por hongos se caracteriza por una secreción mucho más espesa de lo normal, casi cuajada. Es blanca y no tiene olor. Ocasiona los síntomas descritos anteriormente así como enrojecimiento del área vaginal, prurito y en los casos severos una hinchazón de los labios de la vagina.
La infección por tricomonas es una enfermedad de transmisión sexual, por lo tanto, usted y su pareja sexual requieren tratamiento. Los hombres son portadores, pero usualmente no presentan ningún síntoma.
¿Cuáles son las causas de las infecciones bacterianas vaginales?
La vagina es una zona que cuenta con flora normal, es decir, microorganismos que habitan en ella normalmente. La flora normal de la vagina está constituida por lactobacilos, corynebacterias y cándida, principalmente. El ambiente de la vagina está influenciado directamente por las hormonas de la mujer. Causa común de alteraciones son los cambios en el pH, el cual es un marcador del nivel de acidez o alcalinidad. Estos cambios alteran el crecimiento de la flora vaginal, generando sobrecrecimiento de algunos microorganismos que pueden ser causa de infecciones.
Pueden ser producidas por tampones dejados accidentalmente, problemas congénitos de la vagina o el útero, lo que es muy raro; alergia o irritación por el uso de espermicidas, productos de higiene vaginal o sensibilidad a ciertos jabones, detergentes o suavizantes de prendas íntimas, uso de sanitarios sucios o ropa interior de otra persona o falta de higiene.
Las infecciones vaginales, por muy benignas que sean, deben ser atendidas adecuadamente, ya que, si bien la mayoría no es grave y con fármacos administrados por vía oral o aplicados localmente pueden disminuir las molestias y desaparecer, también pueden adquirir carácter crónico y ser recurrentes.