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El Telégrafo
Duglas Rangel

¿Qué propone la izquierda ahora?

05 de febrero de 2019

Me impresiona y conmueve hasta las lágrimas el resistir del pueblo de Venezuela. Maduro está cayendo y lo echa del poder la gente: el pueblo en las calles. El extraordinario liderazgo del presidente Guaidó ha convocado la ayuda internacional para poner fin a la matanza de venezolanos que resisten a la dictadura. Con Maduro se termina esta dictadura sangrienta y sanguinaria.

La crisis del chavismo es la crisis de la izquierda latinoamericana. Siguen con sus consignas antiimperialistas y se enfrentan al propio pueblo que quiere que se acabe la represión, el hambre, la miseria que significa Maduro. Hoy se prepara la entrega de ayuda humanitaria al pueblo venezolano. Gobiernos amigos de Venezuela han organizado una coalición para darle  asistencia médica, alimenticia, solidaria que calme el dolor de vivir en Venezuela.

Ahora la izquierda repite consignas antiimperialistas de los años 60, 70, palabras sin sentido y valor frente a la hecatombe política que vive Venezuela. Veo clara esta característica: la izquierda sin poder es fascinante, solidaria, generosa. La izquierda en el poder  es represiva, estancada, dogmática y termina convirtiéndose en delincuentes, corruptos, mentirosos. Qué difícil la mente política cuando está invadida de  ideas que se imponen como verdades absolutas y totales.

El chavismo se ha convertido en una fuerza avasalladora, feroz en el poder, sin ideales ni respetos democráticos. Es el fin de la izquierda que no se actualiza, que no encuentra propuestas ante un mundo dinámico y cambiante. Sus discursos siguen en la sombra del proletariado y ya no hay proletariado y estamos ya en  un mundo sin empleo directo sino de emprendedores que impulsan el autoempleo y la creatividad productiva.  

Me es difícil explicarle a mi hija Eva qué es la izquierda sin decirle que es una tendencia del pasado que auspicia gobiernos dictatoriales y represivos. Mis amigos de izquierda siguen en el ideal comunista mientras usan teléfonos móviles, usan pantalones jean y viajan de vacaciones a los EE.UU. El fin del chavismo, es lo mismo que el correísmo y el kirchnerismo. Lula preso.

Correa por los techos. Evo torciendo la ley para reelegirse. He ahí a los revolucionarios. Un descrédito político que no nos imaginamos podía ocurrir. Pero está sucediendo y ahora. Yo apoyo la salida de Maduro. Y la apoyo con la presencia internacional que está en camino para salvar al pueblo de Venezuela del fracaso descomunal de la locura revolucionaria que se quedó en el pasado. (O)

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