Las buenas noticias son raras. ¿Conocen a Rodolfo Muñoz? Tal vez hayan oído hablar de él porque me di cuenta de que trabajaba en Ecuador TV. Los grandes medios de comunicación buscan mantenernos controlados, asustados y pasivos. Tiene razón el presidente Rafael Correa en denunciar a la prensa corrupta, enjuiciar a los mentirosos y exigir a la Asamblea legislativa una ley que permita un control de los medios de expresiones, a fin de que tengamos informaciones veraces y probadas.
Rodolfo Muñoz trabajaba como corresponsal en Ecuador de la gran cadena televisiva norteamericana CNN. Trabajaba… porque lo despidieron intempestivamente. Había realizado un documental sobre el intento de golpe del 30 de septiembre pasado. Como no le gustó a la CNN que se hablara de golpe, no aceptó el documental y despidió a Rodolfo Muñoz.
¿Quiénes le habrán sugerido a la CNN tal decisión? Curiosamente la proclama de la CNN es la misma que la del Gobierno norteamericano y de la derecha recalcitrante del Ecuador. No es la primera vez que la CNN distorsiona o inventa noticias para defender los intereses del imperio. Estos mismos días un periódico francés reconoce que la información sobre Libia está sistemáticamente distorsionada… pues han hecho nada menos que una sustitución de los periodistas profesionales por personal de la OTAN (Organización militar de los países del Atlántico Norte), ¡la misma que bombardea Libia!
Así de grande nuestro compatriota periodista Rodolfo Muñoz. “Busqué ser aún más responsable conmigo mismo y con mi país”. Un nombre a poner en alto entre las y los que consideramos grandes personajes del Ecuador, condena viviente de los vendepatria y los corruptos de corbata que se prostituyen por un plato de lentejas. Un ejemplo a seguir y difundir que nos ennoblece y pone muy en alto el nombre del Ecuador, porque un país se construye y se destruye con nuestros hechos grandes y pequeños.
Dice el salmista: “Amas el mal más que el bien, prefieres la mentira a la verdad. Lengua embustera, que te gusta lanzar toda palabra que hace mal… Mas tú, Señor, quieres rectitud de corazón y me enseñas en secreto lo que es sabio”.
Viene bien lo que escribió Eduardo Galeano: “Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible / ser compatriota y contemporáneo de todo aquel / que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, / nazca donde nazca y viva cuando viva, / porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”.