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El Telégrafo
José Gonzalo Bonilla

Prohibido comer hornado

05 de julio de 2024

¿Quién podría pensar que la estupidez supere sus propios límites? Un “selecto” grupo de honorables asambleístas, pretende aprobar una ley por demás absurda. Resulta que ahora quieren prohibir la exhibición de los sabrosos hornados, cuyes o pollos con los que restaurantes, huecas y fondas despiertan nuestros sentidos para cumplir con los apetitos y placeres de la buena mesa. Y todo nace por una distinción de animales(humanos) y animales no humanos. 

Nace un pensamiento (humano) que supone una común animalidad y a relativizar la especificidad del ser humano. Dándole similar jerarquía a los animales y a los seres humanos. Por ello, hablan de animales no-humanos. Pero una cosa es defender el buen trato y otra, sobreponer la animalidad sobre la humanidad. El Homo sapiens sapiens es el hombre que sabe que sabe, y por supuesto ésta, es una gran diferencia con los animales.

Platón y Aristóteles dotaron de alma a los animales y a los vegetales, pero cada uno con características diferentes. Nunca se podrá equiparar la naturaleza de los seres humanos con la de los animales. Sin embargo, el proyecto de ley impulsado en la Asamblea tiene un extraño tufo al pensamiento animalista. Pensamiento que tiene sus trazas en la sátira de Orson Welles con su magistral obra Rebelión en la Granja.

En su momento, el Animalismo fue una teoría política. Hoy es una corriente filosófica política que dice ser de vanguardia. La ficción se creó como una sátira contra el estalinismo. El Animalismo se resume en una única frase que fue su principal mandamiento: “cuatro piernas, bueno; dos piernas, malo”. En la obra literaria, todos los hombres son enemigos y todos los animales son camaradas e iguales.

La Asamblea, una vez más, pretende irse contra la ciudadanía. Pues, de hacer una consulta, de ninguna manera, el pueblo va a respaldar la “brillante” idea de que se prohíba la exhibición de chanchitos, cuyes o pollos. Claro está que deben ser exhibidos respetando las debidas normas de higiene.

Si seguimos este camino animalista, vamos a llegar a que se debe hacer una consulta previa a los animales antes de ser faenados.

 

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