Históricamente, la economía de Ecuador se ha sustentado en la producción primaria para la alimentación, a excepción de limitados períodos, como los marcados por la bonanza petrolera, incluso en ellos se ha reconocido la importancia de la actividad agrícola.
Desarrollar la producción de alimentos es una necesidad universal frente al crecimiento de la población mundial, la cual al comenzar la era cristiana se deduce era de unos 300 millones de habitantes. Al iniciarse el segundo milenio se calcula un valor casi similar: alrededor de 310 millones creciendo progresivamente hasta mediados del siglo XVIII. A inicio de la Revolución Industrial empieza a crecer exponencialmente.
Hace 250 años la población mundial era de 800 millones, actualmente estamos muy cercanos a los 8.000 millones.
El crecimiento poblacional de nuestra actual civilización nos sugiere la urgencia que tiene aumentar la producción para el abastecimiento de alimentos básicos proporcionados por la agricultura. Pues no existe procedimiento técnico más eficiente y generoso para la obtención de alimentos que el proporcionado naturalmente por las plantas verdes, mediante la fotosíntesis, proceso natural consumado por medio de la luz y de la materia inorgánica que realizan las algas, en el medio acuático, y las plantas, en el medio terrestre, sintetizando materia orgánica, como carbohidratos, lípidos, proteínas, etcétera, que son usados como alimentos indispensables para la vida.
El desarrollo agrícola en general es ineludible para satisfacer el consumo mundial de alimentos por el aumento del crecimiento de la población. Sin embargo, su compensación en los mercados no representa el valor del trabajo y de los bienes naturales empleados en la obtención de los productos exportados para financiar su desarrollo. En nuestro país, a esto se suma los bajos promedios de productividad lo cual da como consecuencia que el objetivo del desarrollo, que es el mejoramiento de la calidad de vida, que afecta principalmente al pequeño productor, se pretenda resolver con el mejoramiento tecnológico, sin entender que el problema es también de organización y políticas de intercambio generalmente desfavorables del mercado establecido por las transnacionales y la estructura injusta de tenencia de los recursos naturales de producción en el país.
El valor de los recursos naturales, el acceso a la tecnificación de los países del tercer mundo, el desarrollo sustentable y las crisis alimentarias han venido siendo motivo de preocupación mundial.
En 1992, en la reunión de líderes mundiales, celebrada en Río de Janeiro, convocada por la ONU, denominada Cumbre de la Tierra, se adoptaron planes de acción específicos para lograr el desarrollo sostenible tomando como base el documento ‘Nuestro Futuro Común’ (nombre original del Informe Brundtland 1987) que fue el primer intento de eliminar la confrontación entre desarrollo y sostenibilidad. Demostrando que el camino que la sociedad global había tomado estaba destruyendo el ambiente por un lado y dejando a cada vez más gente en la pobreza y la vulnerabilidad, lo cual trataremos próximamente. (O)