La presidenta del Patronato San José y hermana del alcalde de la capital ecuatoriana, Liliana Yunda, anunció en esta semana la decisión de no realizar la elección de Reina de Quito este año, con la justificación de que “ya no es el momento”, que estos eventos “han perdido vigencia” y que son “discriminatorios”. Que las mujeres no deben ser vistas como objetos sino como sujetos es una de las razones de esta decisión, lo cual es un punto destacable.
El Municipio de Latacunga ha ratificado también la eliminación de los concursos de belleza, sustituyéndolos por acciones que van en contra de la violencia de las mujeres; ello igualmente aparece como una acción plausible.
Por su parte, la Fundación Reinas de Cuenca, a través de las redes sociales, señaló como primer requisito para la elección de la próxima Reina de Cuenca el haber nacido mujer, lo cual también ha generado polémica en algunas agrupaciones de la capital azuaya.
Todos estos anuncios han tenido una gran cobertura en los medios de comunicación, lo cual ha generado un intenso debate en redes sociales. Ello llama la atención, una vez que en el país se han suscitado varios temas de interés nacional.
Los debates en torno a los reinados son importantes para las localidades, en cuanto problemas nacionales, como el respeto a la institucionalidad, la corrupción, el desempleo, la seguridad, la movilidad humana, el manejo adecuado de la basura, el endeudamiento y gasto público, entre otros; hayan sido abordados con la profundidad del caso por parte de las autoridades.
El país debe tener claro cuáles son los temas que realmente afectan a la sociedad en su conjunto. La cobertura que se ha dado a temas como el mencionado, puede ser percibida como la intención de generar cortinas de humo para dejar de abordar cuestiones que ya nos están pasando factura y que nos pasarán factura en el mediano plazo.
Cuidado y desviamos la atención a los problemas de fondo que tenemos como sociedad y a las obligaciones que tienen nuestras autoridades. (O)