Sabemos que las exportaciones ecuatorianas se han diversificado en los últimos años, haciendo que esa cartera de productos que salen del país, fundamentalmente provenientes del sector agrícola y pesquero, busquen mercados que puedan garantizar mejores precios y seguridad en cuanto a los pagos.
Las exportaciones no petroleras revisten una importancia grande para el sector exportador, porque los recursos benefician a las empresas privadas, generando ese flujo que requiere el país, tanto en generación de empleo como en la posibilidad de inversión de recursos que dinamicen la economía en su conjunto.
Si bien el banano sigue siendo muy importante, hemos visto que el camarón se ha puesto en el sitio delantero a la hora de medir los volúmenes de recursos generados, pero también hay otros rubros a los que hay que prestar atención como el atún, los mangos, los aguacates, el palmito, chocolate procesado o no y un largo etcétera, que alienta esperanzas de que conseguimos posicionarnos como productores de calidad.
Sin embargo del crecimiento de los mercados, tenemos que coincidir en que el principal destino de los productos ecuatorianos, sigue siendo los Estados Unidos de Norteamérica, que es nuestro principal socio comercial, país con el que mantenemos una balanza positiva, un mercado que hay que cuidar y obtener todas las ventajas que un acuerdo comercial estable puede proporcionar, tal como lo tienen nuestros vecinos.
La cercanía geográfica juega a nuestro favor, pero también la pujanza de un mercado consumidor de primer orden, bastante estable en cuanto a sus adquisiciones, lo que garantiza que los productores ecuatorianos puedan enviar sus productos.
Otro tema que tenemos que cuidar como país, y lo tienen en cuenta los exportadores, es la necesidad de cuidar el que los cargamentos que salen del país, no sean contaminados por envío de droga, lo que deja en mal predicamento al Ecuador y poner en riesgo la estabilidad exportadora del país.