Velasco Ibarra pedía un balcón para ser presidente. Ello, porque la tarima se ganaba a pulso. Hasta la primera década de este siglo los editoriales de la prensa escrita eran el lugar de refugio de los intelectuales. Aún recuerdo a mi abuelo dándoles mayor prioridad que a las noticias, pues le importaba saber qué pensaban quienes se habían ganado esta tarima.
Por eso, ser invitado a ser columnista representa una responsabilidad inmensurable; una responsabilidad que radica en no callar, en opinar con fundamento. Y para que me den la bienvenida o me destierren para siempre me han pedido que en esta primera entrega me presente.
Mi tendencia académica se las debo a las universidades que formaron mi dogmática, en este orden de importancia: Universidad de Sevilla, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Göttingen, Universidad de Alicante, Universidad de Palermo, Universidad de Leiden.
¿Sobré qué escribiré? Sobre lo que sé y no puedo callar. Los temas centrales serán jurídicos, literarios e históricos. Ofrezco ser políticamente incorrecto, ofrezco jamás ser diplomático y llamar a las cosas por su nombre. Pero también ofrezco expresarme con altura.
Esta columna analizará la coyuntura jurídica y política desde una perspectiva técnica; comparará el presente con el pasado; y, siempre será un espacio para alentar a la lectura de tantos libros que te permiten escapar de tantas realidades. Como catedrático universitario siempre aliento a mis alumnos a leer menos Derecho y más Literatura. ¿Suena ilógico? Créanme, el éxito de un jurista está en su cultura, en su capacidad de profundización. Las normas se las aprende cualquiera.
¿Quién está detrás de esta columna? Un abogado penalista de 31 años de edad, autor de seis libros que desde ya está planificando su retiro hacia otra profesión, a la de la Literatura libre de cadenas, de leyes, de expectativas sociales. Quizá el futuro de mis columnas sean justamente parte de este plan. Nos vemos en la próxima entrega, que anticipo, será sobre el matrimonio igualitario. (O)