Aunque recién estamos en el proceso preelectoral, ciertos medios, escritos, radio y televisión, reasumen la dirección de la campaña partidista de la oposición, en su función de central política, convirtiéndose a su vez en importante ayuda para el presunto regreso de la partidocracia con los mismos rostros envejecidos por sus fracasos, engaños y ambiciones de poder y riqueza y que, de no ser por ese auxilio, ya habrían desaparecido, definitivamente, del escenario de la política nacional.
Es explicable la actitud de la prensa comercial, si ya ha perdido la objetividad en el manejo de la noticia, entrevista y reportaje, exprofesamente, en su intención por arremeter contra los principios que enarbola el gobierno de la Revolución Ciudadana. En esa línea, concede entrevistas a personajes disminuidos y olvidados; y amplia cobertura a insignificantes actividades de agrupaciones sin ideologías para animarlos en su lucha contra el régimen constituido. La guerra de los medios privados no es reciente, se inició desde la inauguración del proceso del cambio, pero ahora se ha intensificado frente a las crecientes adhesiones al movimiento Alianza PAIS, y a la cercanía de una nueva victoria electoral en 2017.
A pesar de la ofensiva de la prensa privada, sin contratiempos y límite, contra el régimen del Buen Vivir y su líder Rafael Correa Delgado; ciertos articulistas y representantes de instituciones títeres, siguen proclamándose abanderados y defensores de la libertad de expresión y no se dan cuenta de que ese periodismo que opera en protección de los intereses de sus patronos y la oligarquía está perdiendo, paulatinamente, lectores y credibilidad.
Nada les resulta favorable, la prensa privada, de acuerdo como los diversos grupos de oposición, busca, afanosamente temas o problemas para tergiversarlos e intentar desestabilizar al régimen democrático. La manipulación no le funciona. En el pasado la derecha política utilizaba a las Fuerzas Armadas para sus fines, pero ahora el rol de las FF.AA. y Policía Nacional se determina con transparencia en la Constitución de la República. Escudriña por todo lado, alienta las revueltas callejeras, defiende a los revoltosos y hasta los convierte en héroes.
Columnistas y periodistas, los más arriesgados o comprometidos con los presidenciables de la oposición, se disparan con odio, culpando al líder Rafael Correa de algún desliz en la administración del Estado; promueven el escándalo en su medio de comunicación, dizque con la intención de restarle votos a los candidatos de Alianza PAIS y Frente Unidos en la contienda de 2017.
Es lamentable el desvío de la prensa ‘independiente’ al alejarse de sus fines: informar la verdad y orientar con sujeción a normas de conducta y responsabilidad social. Es evidente el pacto de la prensa privada con los grupos de poder económico alineados en la oposición. Ya se ha desatado duro enfrentamiento entre los sectores reaccionarios con la dirección de los medios de comunicación comerciales y Alianza PAIS, apoyada por agrupaciones progresistas, decidida a frenar a los golpistas para poder terminar la construcción del nuevo país, libre de explotadores y explotados. (O)